Un día histórico en Austria (y en toda Europa)

Una jornada emocionante – las primeras vacunaciones en Austria – las fuerzas políticas austriacas toman partido frente a la vacuna

27 de Enero.- Una de las cosas buenas que tienen la cultura y la información, el conocimiento, es que mejoran tu calidad de vida de manera indudable, porque te permite apreciar el milagro incesante que constituye estar vivo. El sabor intensísimo y dulce de la existencia, hasta el último rincón de ella.

Pensaba yo esto hoy, en esta jornada histórica que hemos tenido la ocasión de vivir.

Durante todos estos meses, mis lectores y yo hemos hecho un viaje sin darnos cuenta. Hemos acumulado muchas informaciones de los más variados tipos. Desde aquellos primeros balbuceos de la pandemia hasta innumerables informaciones científicas, según íbamos sabiendo cosas del coronavirus. La secuenciación del genoma, los primeros intentos de vacunas; durante las últimas semanas, la materialización definitiva de esos intentos, hasta llegar hasta hoy.

Ante ese caudal ingente de materiales, no hay más remedio que apreciar el logro gigantesco que constituye un acto en apariencia tan humilde, tan diario, como ponerle una inyección a una persona.

Hoy, hemos tenido todos la suerte de vivir el principio del fin de la pandemia. Hoy, está más cerca el día en que podamos abrazar de nuevo a los nuestros, viajar, volver a la normalidad. Y ha sido debido al esfuerzo coordinado de miles de científicos alrededor del mundo. Hoy, como especie, podemos estar orgullosos de nuestra inteligencia.

Me he pasado toda la mañana escuchando en Radio Nacional de España la retransmisión de la primera vacunación, en una residencia de ancianos de Guadalajara y no he podido evitar llorar a moco tendido (lo sé, soy un sentimental). De alegría, pero también de emoción, porque la periodista que ha comentado para la cadena pública española este hito fue una de las primeras personas que enfermaron. Su positivo llegó el día 14 de marzo (parece que hace un siglo) y, preguntada por Carles Mesa, el presentador de la emisión de fin de semana de Radio Nacional, ha explicado, con la voz velada por la emoción, que estuvo cuarenta y dos días encerrada en su casa, con una neumonía y que aún conserva secuelas neurológicas de la enfermedad.

Desde entonces, lo dicho: hemos recorrido un largo camino que va a cambiar a la Humanidad entera de forma perdurable porque la misma tecnología que ha permitido que se lleve a término la vacuna de Pfizer-Biontech, podrá usarse para atajar otras enfermedades. Algunas, ya conocidas, otras que están sin duda por venir. Y digo sin duda, porque esta no ha sido ni será la última pandemia.

Naturalmente, el peligro aún no ha pasado. Tenemos que seguir tomando las mismas precauciones que ayer, pero ahora tenemos un aliciente y es que sabemos que, cuando haya un número suficiente de personas vacunadas, podremos ir abandonándolas. La circulación del virus será menor y, por lo tanto, habrá muchas menos personas en peligro.

Creo que hoy podemos estar, como especie, bastante orgullosos.

Por cierto, vuelvo a dejar aquí el podcast que grabé con toda la información científica relativa no solo a esta vacuna de Pfizer-Biontech, sino también a las otras dos vacunas que en este momento se encuentran en proceso de prueba.

PRIMERAS VACUNACIONES EN AUSTRIA

En fin: entrando en materia: como estaba previsto hoy, a las nueve de la mañana, se ha dado el pistoletazo de salida a la inmunización de la población austriaca.

Ha sido en Viena, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena y la primera persona que ha recibido una dosis del medicamento ha sido una señora de 84 años (por cierto, curiosamente, que yo tenga noticia todas las primeras vacunadas han sido mujeres). Otros dos ancianos de más de ochenta años y con enfermedades previas han sido el segundo y el tercero y, por último, dos miembros de personal sanitario han recibido la primera dosis de la vacuna en cuarto y quinto lugar.

Tendrán que esperar, según el fabricante, alrededor de una semana para que la vacuna haga efecto y, dentro de 21 días tendrán que ponerse la segunda dosis.

Tanto el canciller Kurz como el Ministro de Sanidad Anschober han estado presentes en estos primeros pasos de la vacunación y, como no podía ser de otra manera, han resaltado lo histórico del instante.

Los cinco voluntarios se encuentran a estas horas perfectamente, por cierto (y, a pesar de ciertas idioteces que circulan por ahí, no hay ninguna razón para que fuera de otro modo).

En el antiguo hospital Kaiser Franz Josef se ha vacunado uno de los jefes del departamento de infecciones y medicina tropical, un doctor llamado Christopf Wenisch. El médico ha recibido el pinchacete mientras sonaba el Himno a la Alegría de Beethoven y, una vez ha pasado (sin llorar ni pedirle a su mamá que le cogiera la mano) por este trance, los médicos congregados han aplaudido y no era para menos.

Tras estas primeras vacunaciones se han producido otras.

En Baja Austria, por ejemplo, la primera afortunada ha sido una residente de un hogar de ancianos en Sankt Pöllten. La mujer tiene 89 años.

En Alta Austria, la primera inmunizada ha sido una señora de 90 años, también residente en un hogar de ancianos de la comarca de Linz. Su nombre es Maria Schirl. En el mismo turno también se ha vacunado un miembro del personal del centro llamada Sabine Wimmer.

Por lo demás, se espera que en los próximos días el Gobierno británico (ya fuera de la Unión) dé su permiso para la puesta en circulación de la vacuna de Oxford Astra-Zeneca, así que es probable que también pronto esté disponible en la Unión Europea.

De momento, en el Reino Unido 600.000 personas han sido ya vacunadas con la vacuna de Pfizer.

Parlamento austriaco

LAS FUERZAS POLÍTICAS AUSTRIACAS TOMAN PARTIDO

Naturalmente, como lleva sucediendo desde el principio de la pandemia, las diferentes opciones políticas han tomado partido. „Se han retratado“ como decimos en España.

Los socialdemócratas austriacos, encabezados por la doctora Pamela Rendi-Wagner (experta, por cierto, en epidemiología y medicina tropical) han llamado a la participación en la acción de vacunación. Rendi-Wagner ha manifestado que quien se vacuna ayuda a parar la pandemia.

Los Neos, asimismo, han llamado a la vacunación (cuando haya dosis suficientes, claro, que andamos algo cortos aún).

Lo mismo han hecho los partidos del Gobierno.

La ultraderecha, como todas las ultraderechas europeas, queriendo puntuar con negacionisas, antivacunas y demás personas con gorrete de aluminio, ha apelado como suele suceder a la superstición (ver primeros párrafos de esta crónica). Con un poquito de suerte, en los próximos meses tendrán que buscar otras „pieces de resistance“ porque, conforme vaya aumentando el número de personas vacunadas empezará también a bajar la presión sobre el sistema sanitario.

El miedo, naturalmente, es libre, pero se vence informándose un poquito.

Y en esas estamos, como ya saben mis lectores, que por eso están aquí, para leer las noticias que importan.


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