Nos ha dado grandes momentos, pero el que fuera candidato a la Presidencia de Esta Pequeña República, ha dimitido hoy. Por sorpresa. El camino de los duros del FPÖ queda libre.
1 de Junio.- Como dijo aquel, a eso de las cuatro y cuarto de esta tarde, ha estallado la bomba informativa.
A las 16:12 minutos, Norbert Hofer, hasta ahora uno de los dos líderes del FPÖ, el partido ultraderechista austriaco, ha dimitido de sus cargos para dedicarse „a otras cosas“. Ha anunciado su decisión mediante un Twit que ha borrado muy poco después.
Al principio, ha reinado una gran confusión, aunque después, el propio interesado ha confirmado la veracidad de la noticia.
Según ha indicado el propio Hofer, „ya no tiene más ganas“ de dedicarse a la política diaria y, naturalmente, tampoco tiene más ganas de lidiar con Herbert Kickl, el que hasta ahora ha sido su compañero en el liderazgo de una ultraderecha que, en estos últimos meses, ha ido derivando hacia una línea dura y muy bronca en la que Norbert Hofer, evidentemente, no se siente cómodo.
Como recordábamos este domingo en La Tarde en Directo, desde hace semanas había llegado a la opinión pública la lucha de poder entre los dos políticos.
El primer enfrentamiento evidente se produjo durante „la guerra de las mascarillas“.
Norbert Hofer, que es uno de los tres presidentes del Parlamento austriaco, recordó a sus compañeros de Partido, los cuales, ostensiblemente, no usan mascarillas durante las sesiones parlamentarias que, aunque no podía obligarles, sería un detalle para con los ciudadanos, que sí están obligados a llevarlas, utilizar mascarillas durante las sesiones parlamentarias.
Herbert Kickl, el jefe del grupo parlamentario ultraderechista y abonado a todas las tesis del negacionismo, se negó en rotundo ni siquiera a considerar la idea.
Más o menos al mismo tiempo, Kickl acudió a una de las manifestaciones negacionistas que grupos de extrema derecha (entre otros) convocan periodicamente.
En el Prater, al final de la manifestación, pronunció un duro discurso que muchos interpretaron como una arenga que les llevó a asaltar las oficinas de la aseguradora Uniqa (los edificios del Parlamento se hallaban protegidos por la policía en previsión de incidentes). Durante este asalto varias personas resultaron heridas.
A partir de los problemas que Sebastian Kurz ha experimentado debido a las investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción sobre su participación en la comisión parlamentaria sobre el video de Ibiza y otros asuntos conectados, Herbert Kickl abrió el debate de unas elecciones anticipadas y lo convirtió en una carrera abierta por el liderazgo del FPÖ.
El tono de Kickl fue subiendo y los calificativos hacia Norbert Hofer se hicieron cada vez más duros.
El objetivo de Kickl era, clarísimamente, dejar en evidencia que cualquier acercamiento a la derecha de Sebastian Kurz era imposible y, por otro lado, el atraer de nuevo al electorado tradicional del FPÖ con un discurso populista con guiños constantes al negacionismo.
Solo el líder del partido en Baja Austria, Haimbuchner (recuperado él mismo de coronavirus, tras varios días en coma inducido) se ha posicionado a favor de Norbert Hofer. A todas luces, un apoyo demasiado magro.
A partir de ahora, el dimisionario ha expresado su deseo de seguir como presidente del Parlamento austriaco hasta que, de una forma u otra (o sea, a su tiempo o anticipadamente) se agote la legislatura.
Asimismo, ha declarado no haber pensado todavía si quiere presentarse de nuevo a la presidencia de la República cuando se agote el mandato de Alexander van der Bellen. Recordemos que se ha presentado dos veces ya. La primera elección, que venció van der Bellen, fue impugnada por el FPÖ y fue repetida, por mandato del tribunal constitucional austriaco. La segunda votación fue ganada de nuevo por Alexander van der Bellen. Minutos después de conocerse el resultado, Norbert Hofer acató la decisión de los electores.
La campaña de las elecciones presidenciales fue a ratos muy polémica y tuvo algunos momentos muy tensos, como un debate en la ORF durante el cual salió a la luz que Norbert Hofer no había dicho la verdad sobre un episodio que, supuestamente, había presenciado en la explanada del templo en Jerusalem.
Hofer había utilizado este ejemplo durante toda la campaña para reforzar su discurso xenófobo. También indicó que, si ganaba las elecciones presidenciales daría más contenido al cargo utilizando todos los poderes que la constitución austriaca, elaborada en los años treinta del siglo pasado, da al Presidente de la República.
Muchos vieron en esto un guiño a las democracias personalistas a la húngara.
Por suerte, ganó el mejor candidato y solo nos queda plantearnos preguntas cuya respuesta, afortunadamente, nunca sabremos.
¿Qué hubiera sido de Esta Pequeña República si el escándalo de Ibiza y la profundísima crisis institucional que supuso, hubiera sido capitaneada por Norbert Hofer?
¿Qué hubiera sido de Austria si la crisis del coronavirus hubiera ocurrido con él de Presidente, rehén de los negacionistas de la línea dura de su partido?
En fin: Norbert Hofer nos ha dado grandes momentos pero sin duda han sido muchísimo mejores los que NO nos ha dado.
¿Qué cabe esperar ahora? Pues parece evidente que, liberado del mínimo freno que Hofer suponía, la línea del FPÖ se endurecerá (todavía) más.
Herbert Kickl estará a estas horas parafraseando a Bernarda Alba.
-!Nos hundiremos en un mar de luto! -dirá mientras acaricia un gato de angora sentado en sus rodillas.
Para despedir a Norbert Hofer os dejo con la parodia más divertida que le hicieron en Wilkommen Österreich
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