Colas en Austria ante los puntos de vacunación

El anuncio del Gobierno de aplicar la regla 2G a todo el país ha hecho que muchos antivacunas se dejen de tonterías y entren en razón. Colas en los puntos de vacunación.

6 de Noviembre.- Ayer, a última hora, el Gobierno austriaco anunció que, para los no vacunados, se acabó la fiesta.

En todos los hogares de Esta Pequeña República en donde hubiera un gramo de sensatez, brotó un suspiro de alivio.

Por fin.

Fue el (pen)último acto de una historia cuyo final se veía venir y que es un episodio más de una reacción típica de los habitantes de estas tierras.

Ya sucedió con la peatonalización de Mariahilferstrasse, céntrica calle de esta capital. Se mirase como se mirase, un avance. Sin embargo, muchos vieneses hicieron del asunto una cuestión personal y su pereza mental, su enorme, infantil, resistencia ante los cambios, resistencia que es una de las columnas sobre las que se asienta el carácter nacional austriaco, hizo que se manifestasen para que todo siguiera exactamente como estaba. Sin progreso.

Igual sucedió con la ley que obligó a prohibir el fumeque en los restaurantes.

Para los no fumadores (y, sobre todo, para los que habíamos conocido la gozosa experiencia de poder salir y comer y cenar sin oler luego a perro muerto) la medida era una cosa de cajón. Otro avance. Lo contrario nos parecía un atraso. Sin embargo, los austriacos aplicaron todos los parches posibles, dejando la cosa arrastrarse como el aceite goteando por un embudo, hasta llegar a la abracadabrante experiencia de tener a una señora ministra de sanidad que, con sus santos ovarios, predicó desde la tribuna parlamentaria a favor de que la gente fumase lo que le saliera del pito si así le petaba.

Con esto de la vacuna está pasando exactamente lo mismo.

La resistencia y las grandilocuentes invocaciones a una supuesta libtertad, han durado exactamente lo que han tardado las autoridades en prohibir ir de baretos a los que no estuvieran vacunados.

Hoy, en todo el país, se han visto colas delante de los puntos de vacunación.

En el Austria Center de Viena, esperas de hasta una hora. Muchos han aprovechado para ponerse la tercera dosis.

Era para echarse a llorar de alegría.

Ya ayer, en previsión de lo que vendría, los indecisos empezaron a ponerse las pilas y se produjo un aumento de un 16% de pinchazos con respecto al viernes anterior.

Aún así, según datos oficiales, el porcentaje de vacunación austriaco sigue siendo una porquería. Un 63% y, por lo que parece, tardará todavía en presentar el saneado aspecto que presenta en España, en donde podemos sentirnos orgullosísimos no solo del porcentaje de vacunados, sino de haber creado un clima social en el que a los no vacunados se les caiga la cara de vergüenza y tengan que admitirlo por lo bajini.

Con este panorama, hoy hemos marcado en Austria un nuevo récord absoluto en la cifra de nuevos contagios. Casi 10.000 personas han dado positivo en las últimas veinticuatro horas. Treinta y una personas han muerto y 359 están tan enfermas que tienen que estar en terapia intensiva.

El día también ha traido una noticia que podría encuadrarse en el capítulo de curiosidades.

Una trabajadora del círculo próximo del presidente Van der Bellen ha dado positivo al test de coronavirus. La trabajadora, por cierto, tiene la pauta de vacunación completa.

Esto significa que el Bundespresi tendrá que teletrabajar por lo menos durante la próxima semana, y su agenda oficial ha sido interrumpida.

Por cierto, recordemos: aunque la vacuna reduce la posibilidad de contagio no lo evita. Entre otras cosas porque no está hecha para eso. Las vacunas contra el coronavirus están diseñadas (y son muy eficaces haciéndolo) para evitar los cursos severos de la enfermedad.


Publicado

en

,

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.