Un análisis del negacionismo (5): depredadores reales y ficticios

¿Qué es el “Estado Profundo”? ¿Por qué los negacionistas se refieren a la pandemia como “plandemia”? ¿Por qué los negacionistas se han apropiado de la agenda 2030 de la ONU? ¿Qué es el supuesto “big reset”?

RESUMEN DE LO PUBLICADO : Casi al mismo tiempo que la pandemia de coronavirus surgió el negacionismo, como un movimiento que intentaba encontrar « verdades alternativas » al hecho incuestionable de que la gente se contagiaba y moría a causa de una enfermedad nueva.

El negacionismo ha pasado por distintas fases, empezando por negar la mera existencia del virus y terminando (de momento) con el antivacunismo. El negacionismo se sostiene sobre las respuestas a tres preguntas básicas: ¿Qué ha pasado? Una „mentira“ se ha impuesto a nivel mundial ¿Cómo ha pasado? Mediante una falsificación („la más grande de la Historia“) perpetrada por diferentes instancias.

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4 de Diciembre.- En repetidas ocasiones desde 2019, Herbert Kickl, el líder de la ultraderecha austriaca, se ha referido a un concepto algo enigmático, pero muy conectado con la materia que nos ocupa.

Se trata del concepto de “Estado Profundo”.

Adelantando una definición que nos servirá para ir avanzando, el “Estado Profundo” estaría compuesto por todos los “poderes en la sombra” que, según el negacionismo y el conspiracionismo en general, orientan la acción del Gobierno siguiendo unas líneas ocultas, no explícitas, que buscan servir a grupos de interés alejados de las prioridades de “la gente” o “el pueblo” entendiéndolo como lo entendían también los nazis, como la “Volk” o sea, como la comunidad racial y cultural de tradición judeocristiana, blanca, occidental.

El de “Estado Profundo” sería más o menos equivalente, aunque no siempre, a eso que suele llamarse “cloacas del Estado”.

Herbert Kickl, aunque es un hombre que, a lo largo de su carrera política, ha demostrado poseer una gran inventiva, no es sin embargo el autor de este concepto de “Estado Profundo”. Es más: si llama la atención que lo utilice, es precisamente por eso, porque no lo ha inventado él. El concepto de “Estado Profundo” o Deep State es un concepto que nació en los Estados Unidos, al otro lado del Atlántico, en el marco del movimiento conspiracionista de extrema derecha Q-Anon.

EL MOVIMIENTO Q-ANON: QUÉ ES Y CÓMO HA LLEGADO A SER LA COLUMNA VERTEBRAL DEL NEGACIONISMO Y DEL MOVIMIENTO ANTIVACUNAS

El movimiento Q-Anon nació en internet alrededor de 2017 y ha ido mutando hasta que, en nuestros días, se ha convertido, ya sin referencias explícitas a la fuente original, en el espinazo del movimiento negacionista y antivacunas.

En su origen, el movimiento Q-Anon era una actualización de los protocolos de los sabios de Sión, que ya mencioné en un capítulo anterior de esta serie.

La semilla del movimiento se plantó en 2017 mediante una serie de posts en el foro 4chan, en donde un indivíduo (o, más probablemente, un grupo de personas) que firmaba como “Q” aseguraba tener acceso a documentación secreta que demostraba que existía una trama secreta, orquestada por varios actores progresistas de Hollywood, políticos del partido demócrata y funcionarios de alto rango (el famoso “Estado Profundo”) que participaban en una red internacional de tráfico de niños y que cometían actos pedófilos.

Según esta supuesta fuente, el presidente Donald Trump estaría investigando esta red secreta, en la que estarían implicadas numerosas personalidades.

Esta red, este “Estado Profundo” estaría planeando dar un golpe de estado en los Unidos de América al objeto de derribar a Donald Trump y de parar esta investigación que sacaría todos los secretos sucios a la luz.

En esta trama, según Q, estarían implicados Barack Obama, Hillary Clinton y (cómo no) el millonario judío George Soros.

En general, se suele considerar la teoría Q-Anon como una ramificación del llamado “pizzagate”.

En 2016, un año antes de que Q-Anon saltase a la palestra por primera vez, el correo electrónico de John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton, fue víctima de un ataque de phishing (el phishing consiste en que alguien escribe un correo con una identidad falsa al objeto de inducir al receptor a revelar datos sensibles como contraseñas o transferir dinero).

En diferentes foros (4chan fue uno de ellos, como en el caso de Q-Anon) se aseguraba que en los correos robados a John Podesta había información codificada en donde se detallaban los datos de una red de tráfico y legal de personas y abuso de niños que implicaba a varios restaurantes de todo el país (entre ellos la pizzería de Washington Comet Ping Pong, de ahí lo de Pizzagate).

Los seguidores de Q-Anon empezaron a aparecer en los mítines de Donald Trump en 2019 y su lema “donde va uno, vamos todos” empezó a difundirse rápidamente por diferentes sitios de internet y por las redes sociales, hasta que Facebook y Twitter empezaron a tomar cartas en el asunto y a forzar la salida de los seguidores de Q-Anon de estas redes sociales (han terminado en Telegram y Twitch, otras redes sociales que controlan la difusión de teorías conspirativas e información falsa).

Cuando Donald Trump perdió las últimas elecciones contra Joe Biden, Q-Anon, siguiendo la lógica de la conspiración, alentó las teorías de fraude, que se replicaron en Europa también en diferentes medios de extrema derecha, como por ejemplo, el periódico digital español Libertad Digital y en la red de partidos de extrema derecha europeos, como Vox en España o el propio FPÖ en Austria.

Q-ANON DA EL SALTO A EUROPA

Entre marzo y junio de 2020, al principio de la pandemia, Q-Anon da el salto a Europa, llegando primero a Alemania y a los Países Bajos, pero alcanzando también Austria, Italia y España.

Varios grupos de extrema derecha alemanes, como los Reichsbürger abrazan la teoría del “Estado Profundo” y de la conspiración de las “finanzas internacionales” (los judíos en la jerga negacionista y conspirativa) para imponer un Nuevo Orden Mundial. Concepto que en los foros y páginas de extrema derecha (como la española Hispanidad.com) suele abreviarse con las iniciales NOM.

El instrumento que ese “estado profundo” y esas “finanzas internacionales” estarían utilizando para imponer ese supuesto nuevo orden mundial sería la pandemia (de ahí que, en muchos foros negacionistas, se la llame “plandemia”). Según los seguidores de esta teoría y en este primer estadio de negación de la mera existencia del virus, los confinamientos y las restricciones serían un instrumento para provocar un apocalipsis económico mundial que llevaría a la instauración de un instrumento de pago digital, a la desaparición del dinero físico y al control de todas las transacciones por parte del Gobierno.

Este proceso se llama, en la jerga conspirativa “el gran reinicio” o “big reset”.

Hay que aclarar que el concepto de “big reset” existe de verdad fuera de la burbuja conspiranoica y que está conectado con la agenda 2030 de la ONU de la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

Conectado con todo lo anterior pero no exactamente relacionado con la pandemia, más bien con la intención de esos “poderes en la sombra”, como el “Estado Profundo” o el “Club Bilderberg”, de instaurar un “nuevo orden mundial” estaría el concepto de “Gran Sustitución”, según el cual la crisis de los refugiados sería un intento provocado de esas mismas “finanzas internacionales” (los judíos) de eliminar a la población blanca y “aria” de Europa sustituyéndola por otra “racialmente impura”.

Resumiendo: en el primer estadio, en el de la negación del virus, los negacionistas se hicieron tres preguntas y se las respondieron.

¿Qué? Si el coronavirus no existe, la pandemia es una mentira que ha sido impuesta a la población con un objetivo definido.

¿Cómo? Mediante “la falsificación más grande de la Historia”. Una falsificación en la estarían implicados médicos, farmacéuticas, políticos, funcionarios de alto nivel (el “Estado profundo”)

¿Por qué? Un grupo de personas “en la sombra” está tratando de imponer un “nuevo orden mundial” para sellar un “Gobierno mundial” de corte dictatorial basado en el pago digital y orquestado por las “grandes finanzas internacionales”

¿Quiénes serían las víctimas? En general los europeos, blancos, hombres, heterosexuales, de clase media baja (como veremos más adelante, Q-Anon apunta a las clases medias empobrecidas por la digitalización, por el progreso tecnológico y por los cambios en los equilibrios de poder que han provocado el feminismo, el movimiento Black Lives Matter y otros de su clase).

Pronto, sin embargo, el movimiento negacionista se vio en la necesidad de mutar. A la primera fase, la de la negación de la mera existencia del virus y de la pandemia sucedió otra: la del “no-es-para-tantismo”.

Mañana: vidas de primera y vidas de segunda


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