Así se convirtió Servus TV en el altavoz de los negacionistas

Una confluencia de intereses (empresariales y políticos) ha hecho de la cadena Servus TV el altavoz del negacionismo y del antivacunismo en Austria. Estas son las razones.

25 de Enero.- Mientras estoy escribiendo esto (son las siete y media) tengo de fondo el informativo de la ORF, el ZIB. Se trata de unas noticias muy dignas y correctas. Unas noticias sobrias, con expertos de verdad y todo de verdad.

El ZIB de la ORF, el de las 19:30, es el informativo más visto de Austria. Ayer tuvo una cuota de pantalla del 52%. Para que los lectores se hagan una idea, en España, su equivalente, el informativo de Antena 3, que es el más visto, tuvo ayer un 21,2% de audiencia.

El informativo de la ORF es el más visto, aparte de por su indudable calidad, porque cuenta con los mejores profesionales del país y, naturalmente, por la costumbre.

EL DUEÑO DE RED BULL SE COMPRA UNA TELE

A mediados de los noventa, más o menos al mismo tiempo que en España, se liberalizó el mercado y se rompió el monopolio de la ORF.

En 1995, como Salzburg TV, nació lo que, más tarde, a partir de 2009, sería Servus TV. Servus TV nació como producto de la compra de Salzburg TV por Red Bull, lo cual es decir, Mateschitzt, su dueño, uno de los hombres más ricos de Austria y más que notorio simpatizante de la ultraderecha del FPÖ.

La doctrina econonómica de Mateschitzt está basada (como es lógico) en el más gélido neoliberalismo.

Para un neoliberal como él, cualquier empresa pública constituye un robo a la iniciativa privada. En otras palabras: cuando Mateschitz pone la ORF, donde nosotros vemos un servicio público, él piensa que esos millones en publicidad los podría estar ganando un empresario privado para comprarse superyates o cochecitos de esos de echar carreras. A ser posible, claro, él.

Para la extrema derecha austriaca, la ORF es su bestia negra. La razón oficial son sus convicciones neoliberales en lo económico. La verdad es otra: cuando los dirigentes ultraderechistas se ven obligados a acudir a la ORF no pueden emitir con facilidad su publirreportaje. Son confrontados con hechos. Se les pregunta. Se pone en duda lo que dicen. Y eso les duele mucho.

Son contínuos los roces entre políticos ultraderechistas y periodistas de la ORF. Los de la extrema derecha venden la cadena pública austriaca como si fuera un nido de bolcheviques (nada más lejos de la verdad, por cierto) y tratan de desacreditarla por todos los medios.

Así era antes de la pandemia.

EN ESTO LLEGÓ EL CORONAVIRUS: DE CADA CRISIS, SU OPORTUNIDAD

Cuando estalló la pandemia, pasado el primer momento de shock, la extrema derecha austriaca empezó a darse cuenta de que había una parte del público que el resto de los partidos desatendían -principalmente, por ética y por decencia-. Los descontentos con las medidas contra la pandemia, los antivacunas, los negacionistas de todo signo y condición, y todo así.

Su cálculo, que hasta ahora se está realizando punto por punto, es que el cansancio pandémico haría aumentar cada vez más ese sector de la sociedad y decidieron cultivarlo a como diera lugar (por ejemplo, Herbert Kickl empezó, muy dosificadamente, a arengar a la multitud cenutria en las manifestaciones de los sábados).

Muy en su línea, la línea de comunicación de la extrema derecha ha sido magistral. El FPÖ se ha gastado un dineral en publicidad y marketing de guerrilla en las redes sociales, vendiendo ese argumento (esa caca de argumento, de hecho) de que las medidas contra el coronavirus “formentaban la división de la sociedad” y presentando a los antivacunas como las víctimas que no son, cuando era exactamente al contrario (y ellos lo saben, claro). Desde el verano pasado, la extrema derecha austriaca no ha desaprovechado ni una sola ocasión para aumentar el foso entre la ciencia y los antivacunas.

Así hay que interpretar los llamamientos de Herbert Kickl para el uso del desparasitador caballar o los disparates a propósito de la discriminación de los no vacunados.

DIOS LOS CRÍA

Del mismo modo, en la sede de Red Bull, las mentes pensantes de Servus TV se hicieron la misma composición de lugar.

A partir de un cierto momento, la estrategia fue puntuar en ese sector del público a) que no ve la ORF porque el nivel cultural no le llega y/o b) porque no encuentra en la cadena pública un reflejo de sus opiniones (de nuevo: negacionistas, antivacunas y conspiranoicos de toda laya).

Así, entre la extrema derecha austriaca y Servus TV se produjo una confluencia de intereses que funciona hasta hoy.

No hay teoría conspiranoica, medicastro, negacionista, antivacunas pirado, político ultraderechista o confuso gurú al que Servus TV no haya dado voz. Por supuesto, ninguna de estas personas tendría cabida en ningún programa de la ORF.

Por razones obvias.

No ha sido una estrategia que le haya salido totalmente gratis a Servus TV, por cierto. Del mismo modo que Herbert Kickl, el líder de la extrema derecha austriaca, se ha visto obligado a jugar con fuego para mantener su estrategia, y a encender los ánimos de personas y grupos no muy recomendables (por ejemplo, los vándalos que asaltaron el edificio de la compañía de seguros Uniqa), Servus TV tuvo que prescindir del “epidemiólogo” Sucharit Bahkdi (notorio cospiranoico) por declaraciones antisemitas o mantiene Der Wegscheider, un programa en el que, escudándose en la supuesta sátira (maldita la gracia) difunde todo tipo de teorías conspiranoicas y noticias falsas.

Las teorías de la conspiración se cuelan constantemente en el tratamiento que Servus TV hace de la pandemia.

Una de las teorías más locas de los conspiranoicos es la del chip, seguro que los lectores de Viena Directo se acuerdan perfectamente.

Hoy, en el informativo de Servus TV, se ha emitido una noticia según la cual en Suecia se está empezando a llevar el Green Pass en un chip bajo la piel. Ese era el cebo.

En la pieza que seguía a la entradilla del presentador se decía que cada vez más personas se implantaban un chip para guardar diversos datos que “también” podía utilizarse para guardar ciertos datos de salud.

Así, todo.


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