Desescalando, que es gerundio

En una conferencia de prensa imprevista, el Gobierno ha anunciado un plan de desescalada para todo febrero. Aquí, sus principales puntos.

29 de Enero.- Durante la tarde de ayer se esperaba que el Gobierno convocase a los medios para anunciarles qué se hacía con la validez del certificado de vacunación/pasaporte CoVid/ Grüner Pass.

Esa comparecencia no se produjo ayer por la tarde, sino que ha tenido lugar hoy por la mañana.

La unidad de intervención GECKO, compuesta por expertos de diferentes materias y representantes de diversos grupos vinculados con la pandemia, ha anunciado una desescalada progresiva a partir del cinco de febrero próximo (sábado).

A partir de ese momento, la hora de cierre de la hostelería se prolongará de las diez de la noche actual a las doce.

Se permitirán reuniones de hasta cincuenta personas (en contraste con las veinticinco actuales).

Una semana más tarde, el día 12 de febrero, los controles 2G en los comercios dejarán de estar en vigor, aunque seguirá en vigor la obligación de llevar mascarilla FFP2.

En ese momento, según los modelos que maneja el Gobierno, estaremos más o menos en el pico de nuevos contagios, por cierto.

Pasará aún una semana, y el 19 de Febrero, la regla 2G en la restauración pasará a ser 3G, de manera que aquellos que estén (estemos) vacunados, los que hayan pasado la enfermedad hace menos de seis meses y los que presenten una PCR (negativa) podrán degustar un jugoso schnitzel.

Los representantes del Gobierno y de la Sanidad austriacos han argumentado estas decisiones diciendo que, según los datos que se manejan, resulta bastante improbable que suceda una sobrecarga del sistema sanitario en estos momentos, ya que el virus se ha vuelto más débil (también debido a la inmunidad que proporciona la vacuna).

No se ampliará, eso sí, la validez de los certificados de vacunación.

A partir del martes, primero de febrero, aquellas personas humanas que se hayan puesto la segunda dosis hace más de seis meses y no se hayan puesto “el refresquín” dejarán de tener un pasaporte CoVid válido y, si quieren seguir pudiendo hacer una vida más o menos normal, deberán entrar en la rueda de los tests o quedarse cómodamente en su casa.

Más o menos hay 320.000 perezosos afectados.

Las reacciones a los planes de desescalada no se han hecho esperar.

El alcade de Viena, Sr. Ludwig, no los ha valorado demasiado positivamente y ha anunciado que, haciendo uso de lo que la ley permite (o sea, incrementar lo que el Gobierno disponga, pero no rebajarlo) se reunirá con su panel de expertos para ver qué se hace.

El consejero de salud de Viena, Sr. Hacker, también ha dicho que, en su opinión, los planes de desescalada del Gobierno son “un poco demasiado valientes” aunque “legítimos”.

La semana que viene, la ciudad de Viena anunciará qué hace.

Los representantes de la patronal, como es de imaginar, se han puesto muy contentos. El comercio, los empresarios hoteleros y la restauración ha empezado a dar saltos de alegría (con las correspondientes zapatetas).

Los gobernadores de Vorarlberg y de Tirol también se han congratulado de los anuncios del Gobierno, con los esperables “ya lo decía yo”.

El líder de la extrema derecha, Herbert Kickl, mientras estaba ingiriendo la ración semanal de sapos y culebras para poder lanzarlos en la manifestación cenutria de hoy ha dicho que…Bueno, que todo mal. Como era esperable.


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