¿Cuánto han pagado los austriacos para sostener su tele y su radio públicas? ¿Cuáles son los programas que la ORF considera que justifican su existencia?
1 de Abril.- Durante estos días, se habla mucho de impuestos. La subida de los precios de los carburantes ha hecho que la gente vea a la maquinaria tributaria del Estado como una especie de atracador. Se han dicho muchas tonterías últimamente relacionadas con los impuestos generalmente copiadas, por cierto, de telefilmes de tres al cuarto.
Los impuestos son necesarios para sostener nuestro estado de bienestar (que es el bienestar común) y también como un valiosísimo método de redistribución de la renta. Porque los pobres, como es evidente, no nos enteramos de si Ana Patricia Botín ahorra bajando un grado la temperatura de la calefacción de sus mansiones y también sabemos que Amancio Ortega puede perfectamente los cuidados que necesita a su edad.
Para que todos vivamos mejor y, sobre todo, para “comprar” la estabilidad social que a todos nos gusta, es necesario que los que tienen más contribuyan para compensar a aquellos a los que la vida no les ha dado tantos lEuros.
El otro día, hacía yo pedagogía de esto y decía que uno de los dineros mejor gastados es en la radio y la tele públicas.
Soy un firme creyente en la labor de servicio público de los medios de comunicación (de hecho, se puede ver Viena Directo como una especie de servicio público a la comunidad hispanohablante en Austria) y, tanto por convicción como por gusto, soy un consumidor habitual de la radio pública española, de la que soy un fan rendido.
La tele no es que no me guste, aunque tengo que reconocer que la ORF me pilla más a mano.
La tele pública austriaca me gusta un montón, por cierto. Soy un fans rendido de sus informativos, que me parece que combinan el rigor con la humanidad y soy también un fans rendido del tercer canal de la ORF, que nos abastece de cultura e información, como dice su eslógan. Especialmente dichoso me hacen sus documentales, que no solo son salados y bonitos, sino que te informan de muchas cosas relacionadas con la Historia de Esta Pequeña República.
Curiosamente, siendo como yo creo que es, más que digna, la tele pública austriaca tiene una fama mediana entre los habitantes del país (se nota mucho que no han visto la tele española) y siempre que hablas con un aborígen siempre te dicen que la tele antes era mejor (cuando salía Chris Lohner y había carta de ajuste, se entiende) y que ahora los programas no valen ni el Betacam digital en que están grabados.
Para gustos, die Farben, naturalmente. Sea como sea, la corporación pública austriaca tiene que presentar ante el Parlamento un informe que demuestre que cumple con la misión que la ley de la ORF le asigna, de ofrecer entretenimiento de calidad y noticias con un enfoque netamente austriaco que fomente la identidad austriaca.
El informe correspondiente a 2021 se ha publicado estos días y la ORF, como es lógico, ha sacado sus mejores galas para impresionar a las personas que representan al pueblo soberano.
Sendas series policiacas, Soko Donau y Soko Kitzbühel hacen, según la dirección, honor a la misión de la ORF debido a sus repartos austriacos, que fomentan la identidad austriaca y la creatividad austriaca también.
Lo mismo que Vorstadtweiber (una ficción que, aunque estirada durante una última temporada muy achacosa, tuvo un gran éxito y fue vendida a otros países).
Otro orgullo de la ORF es “Dancing Stars” (el formato es el de Mira quién baila) con famos(ill)os del panorama austriaco.
Según la corporación pública, Dancing Stars fomenta el interés del público televidente en la danza y el ejercicio (en mi caso, el interés por el ejercicio ya estaba fomentado, Mari Carmen, pero van a tener que hacer por lo menos sesenta temporadas de Dancing Stars para que yo me interese en el vals y la polka).
Además de estos indudables éxitos creativos, la ORF puede apuntarse el tanto de que sus ingresos por publicidad han subido mucho durante la pandemia (han pasado de 182 millones de euros en 2020 a los 314 actuales, que está muy bien).
Mientras se lanza su nueva plataforma, que sustituirá a la ya añeja Tvthek, nos hemos enterado de que la ORF ha ganado casi veinte millones de eurazos en publicidad onláin.
Como saben los lectores de Viena Directo una parte de la financiación de la ORF es el llamado GIS, canon que permite a la corporación pública escapar de las garras del Gobierno de turno, cosa que ha sucedido en demasiados casos con su hermana española , RTVE.
Los ingresos de la ORF por este capítulo han sido 645 millonazos de Euros, dos tercios del presupuesto total de la corporación.
En el capítulo de curiosidades, las llamadas “wettercameras” o sea, unas cámaras automáticas que están puestas en diferentes puntos de Austria, le han reportado a la tele pública algo más de dos millones de euros.
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También un adelanto de la programación cultural del Instituto Cervantes de Viena para el mes de abril, que es canela en rama.
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