Despechá

El conflicto se ha recrudecido. Y no estamos hablando de la guerra de Ucrania, sino de la de los Strache.

23 de Septiembre.- El conflicto ha escalado un nuevo peldaño y se ha recrudecido. No se sabe qué es lo que puede pasar. Y no me refiero, queridos lectores, a la funesta guerra de Ucrania sino, pásmense, a la guerra de los Strache.

Hoy ha estallado la bomba informativa.

Mediante lo que podríamos llamar su “journal attiré”, o sea, el antiguo Österreich, la parte demandante, o sea “la señá Felipa”, ha hecho saber que la causa de su divorcio del excanciller es una criatura extramatrimonial que el político ayudó a fabricar durante su noviazgo con la que (todavía hoy) es su mujer.

Para más ardor, resulta que la madre de esta criatura que, hasta ahora, ha sido el secreto mejor guardado del político, es la mujer de un directivo de Casinos Austria, empresa que trae de cabeza tanto a Strache como a Sebastian Kurz, debido a los líos (y no precisamente de faldas) que hubo con ella durante su Gobierno y que hoy andan por los tribunales en sendas causas cuyo final sigue abierto.

CORONAO Y DESPECHÁ

Según apunta el Österreich, la historia se ha destapado porque el directivo de Casinos Austria, al querer divorciarse de la madre de la criatura de cinco años (es todo un poco lioso, lo sé) se ha hecho un test de paternidad que ha dado negativo. De esta manera, el buen hombre se ha enterado de que su mujer, al mejor estilo Rosalía, le había “coronao” y él, “despechao” por lo visto se lo contó a la legítima de Strache.

Según parece, confrontado con la realidad de su numerosa prole, Strache se deshizo en llanto, llorando como mujer lo que no había sabido evitar como hombre (Heinz Christian, tengo una noticia para ti: los condones existen y hasta el adolescente más torpe ha hecho ya la prueba con una zanahoria). Parece ser que durante todo el noviazgo con Philippa, Strache llevó una doble vida (no se sabe cuándo terminó dicha doble vida).

Ahora cobran nuevo sentido las informaciones del guardaespaldas de Strache, aquel que denunció que el político se gastaba en Viagra el dinero del partido. Como decía Victoria Abril, en “Amantes”, teniendo dos, uno pa´los pares y otro pa´los nones, no hay hombre que no necesite un poquito de dopaje (y más si uno es ya un caballero de cierta edad, como era el caso del Casanova que nos ocupa).

Ayer jueves, Heinz Christian Strache reconoció la paternidad de esta nueva criatura (la cuarta, que se sepa) producto de la furiosa actividad de sus espermatozoides. Lo hizo delante de un notario y, para que constase en acta, añadió que la cría se concibió en un momento en el que él era un hombre libre, solterito y sin compromiso.

La vista del divorcio será en noviembre próximo. Philippa Strache quiere la custodia de la criatura y dejar de llamarse Strache, recuperando así su nombre de soltera, Beck (ante sus dificultades para ponerse gorras y sombreros sus pretensiones son más que comprensibles). Asimismo, quiere manutención para el hijo que tiene en común con Strache. Las cosas podrían complicarse para el político aún más si cabe, porque la madre de la, hasta ahora, hija secreta, por lo visto también quiere dinero para mantener a su churumbela.

A todo esto, Strache está divorciado de una primera santa (de la familia Plachutta, famosa dinastía de restauradores) de la cual tiene dos hijos aún menores de edad, con lo cual tiene cuatro bocas que mantener, de tres madres diferentes. No tiene trabajo conocido, salvo el de dirigir un micropartido y va de juzgado en juzgado acusado de corrupción.

Dios aprieta pero no ahoga, dicen. Pero cuando aprieta, dirá Strache, ahoga pero bien.


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