La fiscalía investiga a Christian Hafenecker

La fiscalía de Viena investiga si el político ultraderechista Christian Hafenecker, se hizo con certificados falsos de CoVid para ir a ver un partido de fútbol.

27 de Septiembre.- Una de las historias del verano en Austria fue el intento de suicidio de un político de extrema derecha, Hans-Jörg Jenewein.

En el marco de una investigación por corrupción, la policía confiscó su móvil que ha resultado ser una especie de excursión por la desquiciada fontanería de la extrema derecha austriaca -es bastante plausible suponer, por otra parte, que existan seres de moral tan vidriosa como Jenewein en el resto de partidos aunque, o bien cubren mejor sus huellas o bien no trabajan con tanta „abnegación“.

Quizá recuerden los lectores de Viena Directo que Jenewein intentó abandonar este valle de fábricas de tristeza porque en su móvil se descubrió el borrador de una denuncia anónima que había interpuesto contra una facción rival de la de Herbert Kickl. Más en concreto la que representa el FPÖ vienés.

Hoy, sin embargo, se ha sabido que Jenewein, cual Pepe Gotera, se dedicaba también (presuntamente) a otras chapucillas.

La fiscalía de Viena investiga si Hans-Jörg le hizo un favorcillo a Christian Hafenecker, colega de partido, y jefe de la fracción ultraderechista en la comisión que investiga la corrupción del Partido Popular austriaco durante la etapa de Sebastian Kurz.

Según se desprende de un chat que el bueno de Jenewein tenía guardado en su teléfono, le había conseguido a Hafenecker un test negativo de CoVid que el político necesitaba para un partido de fútbol que no quería perderse por nada del mundo.

Los hechos tuvieron lugar, presuntamente, vuelvo a repetir, en julio de 2021.

De resultar ciertas y probadas estas sospechas, Hafenecker podría enfrentarse a un delito de falsificación de datos, castigado por la ley austriaca con penas que pueden llegar a pasarse un año en chirona.

Tanto la falsificación como el uso de documentos falsificados sobre la situación epidemiológica de las personas, son delitos en Austria. Hafenecker, por ejemplo, hubiera incurrido en ese delito en el caso de haber acudido a un restaurante y hubiera enseñado el código QR para entrar a un restaurante, por ejemplo.

La fiscalía ha registrado hoy el domicilio de un trabajador del equipo de Hafenecker, en busca de pruebas.

Hafenecker, naturalmente, lo niega todo y habla de una campaña orquestada contra él. Se da la circunstancia de que, por esas fechas, se desató un foco infeccioso en la comisión del escándalo de Ibiza.

Entre los enfermos estaba el propio Hafenecker, el cual siempre ha negado haber causado este foco infeccioso, a causa del cual enfermaron siete personas vinculadas a la comisión.

En aquella época, el Partido Popular austriaco tachó el comportamiento de Hafenecker de “escandaloso” por no haber informado a su partido de que estaba contagiado de CoVid.

En cualquier caso, no se sabe si la fiscalía habrá terminado de investigar el telefonino de Hans-Jörg Jenewein y, por lo tanto, es aún una incógnita si, junto a las presumibles imágenes de muchachas vistosotas, habrá más documentos.

Como dice un amigo mío, “estamos tensos” (wir sind gespannt).


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