El canciller Nehammer carga duramente contra su entrevistador en la ORF

El canciller Nehammer acudió ayer a la ORF para explicar el enésimo “reseteo” del Gobierno. La cosa no salió demasiado bien.

12 de Enero.- En Austria, es norma de cortesía y de etiqueta democrática que, tras cualquier decisión importante del Gobierno acuda a la tele pública el ministro al cargo. En casos especiales, como ayer, acude el primer ministro. O sea, el „bundescanciller“. No suelen ser entrevistas cómodas, dado que la ORF tiene un equipo muy bueno de periodistas al frente de sus informativos y los políticos acuden a la tele pública haciendo de tripas corazón.

A lo largo de mis casi veinte años en Esta Pequeña República, he presenciado -divertido, la mayoría de las veces- muchas de esas entrevistas y muchos de esos apuros y sudores. Algunas de esas ocasiones, especialmente surrealistas, permanecen en mi memoria. Por ejemplo, aquella vez que Armin Wolf entrevistó a Frank -”Frenk”- Stronach y el persentador no consiguió que el millonario respondiese ni una sola pregunta de las que le hizo. Sospecho que la entrevista que ayer le hizo Martin Thür al “bundescanciller” actual , Karl Nehammer, pasará a esa pequeña antología del disparate.

Sospecho que la entrevista que ayer le hizo Martin Thür al “bundescanciller” actual , Karl Nehammer, pasará a esa pequeña antología del disparate.

Hoy, de hecho, en Austria no se habla de otra cosa. Pocas veces se ha visto en la televisión a un político tan sumamente agresivo con un presentador de la ORF, hasta el punto de que es realmente meritorio que el periodista no interrumpiera directamente la conversación -probablemente porque hubiera sido un escándalo tremendo-.

Recapitulemos: el Gobierno austriaco ha estado reunido estos días en un hotel en las cercanías de Viena (en la bonita localidad de Mauerbach) para “resetearse” y ponerse de acuerdo en los objetivos del año entrante, que será el último completo de esta legislatura (el periodo termina en 2024).

La coalición que nos Gobierna, no es ningún secreto, está enormemente desgastada y no solo se ha tenido que enfrentar a la pandemia, sino después a acusaciones de corrupción de un hondísimo calado y a la guerra de Ucrania y sus consecuencias. Por otro lado, este es un año electoral -las próximas elecciones son las de Baja Austria y todo indica que Johanna Mikl-Leitner no va a revalidar su mayoría absoluta, lo cual será un tiro en el ala para el Partido Popular austriaco- y la extrema derecha, que es el refugio del voto protesta, viene pisando fuerte.

Así las cosas, uno sospecha que, cuando acudió ayer a la ORF, el canciller quería reforzar un poco su imagen de hombre fuerte para intentar puntuar entre el votante de extrema derecha medio (el cual es poco probable que tuviera su única neurona disponible dedicada a ver la ORF, por otro lado). Nehammer pretendió parecer firme y solo consiguió dar la apariencia de un hombre acosado. Martin Thür le hizo preguntas medidísimas  y Nehammer lo único que hizo fue lanzar botes de humo todo el tiempo, tirar balones fuera y atacar al presentador y a la casa que representa: la tele pública. La de todos nosotros.

El punto álgido de esta dinámica llegó cuando Martin Thür le preguntó a Nehammer sobre la ley de protección del clima -asunto de la máxima actualidad-. El presentador le recordó al político que la norma lleva empantanada en el Parlamento desde el verano y que solo se le han hecho “cambios mínimos” desde entonces.

Nehammer vio en esos “cambios mínimos” un trapo rojo y se lanzó a embestir.

Nehammer vio en esos “cambios mínimos” un trapo rojo y se lanzó a embestir. Acusó al presentador de hacer una interpretación parcial. Martin Thür intentó dar el asunto por terminado y pasar a otra pregunta, mientras lo hacía, bajó la vista hacia sus papeles y sonrió -conciliador- brevemente. Nehammer se lanzó a por él de nuevo. “No es para reirse” le dijo y Martin Thür se defendió diciendo que no se había reido y le recordó que solo había citado a la ministra para la protección del clima. Nehammer continuó con su diatriba contra el presentador y la ORF y Marin Thür tras enseñarle el folio impreso con las declaraciones de la ministra, le sugirió que lo hablase con ella.

Nehammer, las cosas como son, nunca ha sido la bombilla que más alumbra, aparte de que es igual de sutil que una excavadora. Es el típico funcionario de partido que, sufrido, se come los marrones (y a fe que lleva unos cuantos comidos). Martin Tühr es, además de diez años más joven que él, una persona que lleva en el mundo laboral “de verdad” desde muy joven y que, además, paralelamente, ha estudiado un Máster. Son dos niveles. Por esas cosas de la vida (carambolas y pasillos) Nehammer ha llegado a canciller y es la segunda persona con más poder en Austria después del presidente. Martin Thür es…Eso: un hombre que hace televisión. Y que la hace muy bien. Ayer lo demostró.

 


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