Viena recibe a Jane Fonda con motivo del Opernball

Este jueves Viena se viste de largo. La capital de Esta Pequeña República recibirá algunas visitas ilustres.

13 de Febrero.- Esta semana, después de una larga pausa, toca ponerse de tiros largos. El jueves se celebra el Baile de la Ópera de Viena, ese evento consuetudinario que acontece todos los últimos jueves de carnaval (cuando no hay pandemia, eso sí).

Las personas de economías modestas, como la de este servidor, nos abriremos una botellita de vino espumoso, nos haremos unos canapés de salmón y nos dedicaremos, desde nuestras casas, a lo mismo que se van a dedicar los que estén en el teatro de operaciones.

O sea, a criticar.

Que si qué viejo está este, que si vaya traje que lleva aquella…Vaya, lo normal.

UNA AUSENCIA CLAMOROSA

Este año, las huestes de criticadores domésticos van a contar con un efectivo adicional. Alfons Haider, el ídolo de las damas postclimatéricas (y de, por lo menos, un diez por ciento de los caballeros que están sufriendo los rigores de la andropausia), portada numerosas veces del semanario “Schwiegermamas Träume” (o sea “Sueños de Suegra”) no va a amenizarnos la velada este año.

Cachis en la mar.

En noviembre del año pasado, Alfons Haider recibió una llamada de la dirección de la cadena pública austriaca (uno se lo imagina en caftán y babuchas turcas, “arreglao pero informal” en un apartamento ricamente alhajado).

En dicha llamada le comunicaron la sublime decisión. Asistamos al momento:

-¿Pronto?

-Alfons, el año que viene no trabajas el último jueves de carnaval.

El pobre, devastado (según propia confesión) empezó a hiperventilar:

-!Dios del Sinaí! !Apurar cielos pretendo, qué delito cometí!

-Alfons, tampoco hace falta que que te lo tomes tan a la tremenda. Es que hemos decidido rejuvenecer un poquito el asunto. Y ya que Barbara Rett se ha jubilado también del baile y tú y ella sois más o menos, año arriba año abajo, de la misma quinta…

-Oiga, sin insultar.

-Alfons, hijo, tampoco es una tragedia. Míralo por este lado: un día más de vacaciones. Hala, con Dios.

Pip pip pip.

El Sr. Haider no contó nada en su momento de esta llamada (se conoce que le dio apuro) pero cuando se hizo pública la lista de presentadores de este año, su club de fans notó (lógicamente) su ausencia clamorosa.

Haider dio las explicaciones pertinentes y luego se fue a llamar a Desiré Treichl-Sturgh, para desahogarse.

UNA PRESENCIA NO MENOS RUIDOSA

El que no faltará a la cita será Richard Lugner.

Lugner, presencia habitual del Opernball anunció hace semanas el nombre de su “invitada especial” (nada que ver, por cierto, con las “amigas especiales” de Campechano, the first). Este año, será una famosa de verdad de la buena, no como cuando trajeron a Rubbi Robacuore, una de esas párvulas que jugaban con Berlusconi al tute.

Se trata de Jane Fonda, pura realeza de Hollywood.

A buen seguro, Fonda se habrá informado antes y sabrá en lo que se mete. Lo mismo hasta ha llamado a Melanie Griffith (a Gina Lollobrigida no la habrá podido llamar por el luctuoso motivo que todos conocemos).

Da pruebas de ello el que, según parece, le ha puesto la cabeza loca a Lugner con sus exigencias y sus caprichos.

La que pasa por ser uno de los estandartes de la izquierda estadounidense, ha aterrizado hoy en el aeropuerto de Schwechat. A pie de pista la esperaba una limusina con su nombre escrito en letras de a palmo.

Nada más verla, Fonda ha dicho que ella no se subía a este vehículo y que iría mejor en el BMW del propio Lugner.

Al llegar al hotel, ha contemplado se supone que complacida cómo unos activistas a favor del clima se habían pegado al suelo ante la puerta de su hotel (ella, claro, ya no tiene edad para según qué cosas y además es una enferma oncológica). Ha subido a la suite y le ha dicho a Lugner:

-Hasta el miércoles, dear.

Luego le ha explicado que su maquillador personal llega en dos días y que ella, sin que su maquillador la restaure, no comparece públicamente.

-No se irá a pasar usted el día metida en esta suite -le ha dicho el millonario, perplejo.

-No, claro que no. Me voy a ver museos !Será por museos en esta ciudad! Ande, quítese de enmedio, batracio, estantigua, que me voy a ver los cuadros de Klimt y luego, si me sobra tiempo, me voy a pasar por el Leopold, a ver si disfruto con Schiele.

– !A su edad, no le da vergüenza! Además !Tiene usted un contrato en exclusiva conmigo!

-!Con el painter, pedazo de animal! Con el painter.

Said and done, que dijo aquel.

Por cierto, la de Fonda no será la única visita ilustre de este jueves. También vendrá el Presidente del Gobierno, Sr. Pedro Sánchez, a entrevistarse con el bundescanciller Nehammer.

En el segundo trimestre de 2023 toca presidencia española de la Unión Europea y el presidente español viene a contar sus priorities, sus challenges y sus issues.

Seguro que es más fácil y llevadero para sus anfitriones que Jane Fonda.


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