En la socialdemocracia austriaca ha estallado una guerra que tiene al partido con las tripas abiertas en canal. Este es el estado de la cuestión.

11 de Marzo.- Se va uno de vacaciones menos de diez días, vuelve y, entre medias, casi le cambian el país.

Desde mi último post han sucedido algunas cosas de no poca importancia. Por empezar por alguna parte, creo que deberíamos hacerlo con el (a estas alturas eterno) conflicto entre Pamela Rendi-Wagner y “Juan Pedro” Doskozil por la dirección de la socialdemocracia austriaca.

Una guerra abierta, sin cuartel, a muerte, pero que, como luego trataré de explicar, creo que va más allá de una mera cuestión de líderes.

MAR DE FONDO

Como las personas que me leen saben, entre Rendi-Wagner y Doskozil había mar de fondo (vamos, un maremoto) desde muy antiguo. No se pueden soportar. La relación entre los dos políticos es extraña y ha sido siempre muy tóxica. Por un lado, podría parecer que Doskozil ambiciona el puesto de Pamela Rendi-Wagner. De hecho, casi todo el mundo, dentro y fuera del SPÖ, piensa que el actual presidente de Burgenland sería un cabeza de cartel mucho más eficaz que la doctora Rendi-Wagner.

La carrera de Doskozil empezó en la policía y su estrella entró en franco ascenso a partir de la crisis de los refugiados, en 2015. Doskozil era el hombre adecuado en el lugar oportuno y, de manera obvia, tenía un talento del que Pamela Rendi-Wagner carece casi por completo: el de venderse muy, pero que muy bien.

Sin embargo, la elegida para encabezar las filas “rojas” fue Pamela Rendi-Wagner. Una decisión por lo menos curiosa. Nadie duda de que la Sra. Rendi-Wagner sea una persona inteligentísima, pero lo cierto es que tiene cero “gancho”. Puede ser que, al natural, sea encantadora pero, con una cámara delante, está muy lejos de tener la telegenia y la capacidad de pegada de, pongamos, Beate Meinl-Reisinger, la otra mujer prominente en la política austriaca, la jefa de los Neos.

EL ÉXITO TIENE MUCHOS PADRES, EL FRACASO, UNA MADRE

El pistoletazo del nuevo conflicto entre Rendi-Wagner y Doskozil fueron los resultados de las elecciones en Carintia. Un auténtico terremoto político. Carintia pasaba por ser, junto con Viena, uno de los bastiones de la socialdemocracia austriaca. Sin embargo, la jornada del cinco de marzo pasado fue negra para los socialdemócratas, que perdieron casi un diez por ciento de los sufragios. Siguieron siendo la fuerza más votada, pero muy lejos de la cómoda mayoría de la que habían disfrutado hasta ese momento.

Y prácticamente un minuto después de conocerse el batacazo, empezaron las quinielas. El runrún se hizo un clamor porque ya se sabe que, cuando hay una desgracia de esta naturaleza, se tiende a buscar culpables lo más rápido posible. Resucitaron las críticas a Rendi-Wagner y Doskozil se encargó también de que sus partidarios hicieran ruido. Pamela Rendi-Wagner, sin embargo, con una moral a medio camino entre el “alcoyanismo” y el puro masoquismo, dijo que ella seguiría siendo la jefa del SPÖ. Herbert Ludwig, el alcalde de Viena (el otro bastión socialdemócrata) la apoyó sin condiciones y cuando todo parecía ir a cerrarse otra vez en falso, Doskozil hizo un movimiento de una violencia tan brutal como inusual y anunció que iba a suspender las transferencias de dinero entre el Partido Socialdemócrata de Burgenland y la central del Partido, en Viena.

(Los militantes del SPÖ de Burgenland pagan 6,5 Euros al mes, de los cuales un treinta por ciento van a parar a la presidencia de Viena).

La inaudita decisión de Doskozil se produjo como reacción ante una entrevista en la ORF en la que Pamela Rendi-Wagner criticaba abiertamente el “fuego amigo” que recibía de Burgenland.

EL FINAL ESTÁ PRÓXIMO

Las personas que se encargan de la fontanería en el SPÖ (según el propio Armin Wolf, ver su cuenta de Twitter) se echan las manos a la cabeza ante lo que está sucediendo. Aceptan que Pamela Rendi-Wagner ha demostrado una capacidad de aguante digna de mejor causa y piensan que, más deprisa que despacio, le está llegando la hora de la amortización (incluso hay teorías muy locas que vaticinan la vuelta al liderazgo del SPÖ de Crhistian Kern). Esas mismas personas sin embargo, aún aceptando que un cartel con la cara de Doskozil sería “más vendible” ante el electorado que uno con Pamela Rendi-Wagner, le reprochan al Doskozil que amague y no dé. O sea, que no termine de presentar una “opa hostil” con su candidatura para desbancar a Pamela Rendi-Wagner. Y todos se lamentan amargamente de que este espectáculo tan violento tenga al partido con las tripas abiertas en canal delante de todo el electorado.

En mi opinión, y con esto quisiera terminar, el conflicto va más allá de una mera lucha por el poder en el SPÖ y en realidad enmascara la lucha entre dos proyectos: el de Doskozil, un sí es no es populista, y el de Rendi-Wagner, del que nadie sabe mucho en realidad.

¿En qué terminará la cosa? Parece que lo veremos pronto.

COMIENZA LA TEMPORADA DE ACTIVIDADES EN EL INSITUTO CERVANTES DE VIENA – con “El sitio de Viena. 1529.” – Rubén Sáez Abad