Baja Austria tiene un nuevo Gobierno (leider)

Johanna Mikl-Leitner ha terminado hoy de deglutir el sapo que la vida le ha puesto delante. Baja Austria tiene nuevo Gobierno.

17 de Marzo.- Johanna Kickl…Digooo Mikl-Leitner ha terminado hoy de comerse el sapo que la vida le ha puesto delante. Bueno, esta noche pasada. A media mañana, comparecían ante la prensa ella y Udo Landbauer, el jefe de la extrema derecha en Baja Austria, para anunciar que había habido fumata blanca y que, mientras dure, será una coalición entre los dos partidos (Populares y ultraderechistas) la que gobernará Baja Austria.

Mickl-Leiner ha buscado la comprensión de los periodistas congregados.

Parecía como si estuviera diciendo:

-Miren ustedes, comerse un sapo no es nada, pero que nada fácil. Y si yo me he comido este ha sido porque si no me quedaba en el paro. Y una político en paro…En fin, que no mola.

Udo Landbauer entre tanto, ponía cara de circunstancias. Al fin y al cabo, a nadie le gusta que se dé a entender en su presencia que es un sapo.

Poco tiempo después, ya los dos más frescos, recuperados del maratón negociador, han vuelto a comparecer ante los medios para explicar en qué va a consistir su colaboración.

Mikl-Leitner, buscando la comprensión del público (captatio benevolentiae, lo llamaban los clásicos) ha explicado que entre la derecha que ella representa y la extrema derecha de Landbauer no va haber ninguna historia de amor, sino una colaboración para mejorar la vida de los habitantes de Baja Austria.

Especialmente ufano (mientras a las personas decentes les daban retortijones, como es comprensible) Udo Landbauer ha explicado cuál ha sido la condición que Mikl-Leitner ha tenido que cumplir para contar con su colaboración: un fondo de treinta millones de Euros para que todos los cenutrios negacionistas puedan cobrar las multas que les pusieron durante la pandemia. Landbauer ha llamado a toda esa gente “víctimas” del coronavirus . También ha arrancado de Mikl-Leitner la promesa de que el Land de Baja Austria no hará ninguna publicidad de la vacuna del coronavirus a pesar de que, como es evidente, la vacuna funciona y ha salvado milllones de vidas en todo el mundo.

Mikl-Leitner ha culpado al SPÖ de la falta de acuerdo durante las negociaciones de investidura y ha acusado a sus políticos de no saber sentarse a la mesa para negociar “como adultos” (está claro que le debe parecer fantástico y superadulto este tema de las vacunas que contaba yo más arriba).

Se han anunciado además diversos subsidios y cheques y cosas (un cheque para el cuidado de personas dotado con 47 millones de Euros) y diversas medidas contra la inflación y en cuanto a la integración, se ha acordado que los niños tengan que hablar alemán en el colegio en todos los ámbitos, incluyendo las pausas y los recreos y se vinculará la obtención de vivienda social los conocimientos de alemán.

A la extrema derecha van a parar las consejerías de Trabajo, Protección del Consumidor, Naturaleza y Medio Ambiente ( curiosa elección -o no- en un partido que niega el cambio climático); asimismo, la extrema derecha se va a ocupar de la seguridad, las cuestiones de asilo y protección civil.

El que Mikl-Leitner haya dado su brazo a torcer no solo ha sentado mal en el Partido Socialdemócrata, sino en todos los demás partidos, incluyendo el propio Partido Popular. Varias voces han sido las que han protestado por la coalición, incluyendo a Othmar Karas, el cual ha dicho que la concepción del ser humano del FPÖ no se corresponde con la del Partido Popular austriaco.

En general, y a falta de ver “en tiempo real” cómo se desarrolla la colaboración entre los conservadores y la extrema derecha, solo cabe esperar que los partidos civilizados se pongan las pilas para que no se repita a nivel nacional lo que ya pasa a nivel regional. La historia ha demostrado que cualquier coalición con la extrema derecha termina como el rosario de la aurora y que los ultras ponen a prueba constantemente la capacidad de resiliencia de las instituciones.


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