Pareja austriaca

El caso del político enamorado

Pareja austriaca

A veces, elegir las noticias que importan no es tan fácil como podría parecer a primera vista.

2 de Junio.- El otro día, en las Noches Clandestinas del Instituto Cervantes, un caballero que iba con su mujer (española) y que no habla la lengua de Antonio Banderas, me preguntó qué era Viena Directo, página a la que su santa (gracias, gracias) estaba enganchada. Yo le contesté que la cosa era muy simple: mi misión era hacer comprensible la actualidad austriaca y, para no cargar mucho, hacerlo contando una noticia al día (a veces, hasta dos).

O sea, las noticias que importan.

A priori, esto parece fácil. O sea, lo de elegir las noticias que importan. El tema está en qué se considera importante. Se puede considerar importante algo de lo que se hable mucho en un determinado momento (por ejemplo, mañana se va a elegir al futuro jefe del partido socialdemócrata austriaco, y es una noticia sin la cual los lectores de Viena Directo no tendrían una imagen completa de lo que pasa en el país) pero también se pueden dar (y, de hecho, a mí me gusta hacerlo) pinceladas de fondo que, por lo que sea, resultan más representativas.

Considere el lector que, si este es un medio canijo y monoplaza y, con todo y con eso, se me plantea el problema, qué no pasará en los periódicos grandes.

LO QUE EL KRONEN ZEITUNG CONSIDERA IMPORTANTE

Por ejemplo, el Kronen Zeitung, ese periódico que es casi tan buen papel higiénico como el antiguo Österreich, consideró importante una noticia que, personalmente, yo no hubiera puesto aquí. Como sabe el lector curioso, en Baja Austria se ha establecido una coalición entre la derecha y la extrema derecha. En ese Land, la extrema derecha está dirigida por una señora llamada Marlene Svazek. Marlene, la mujer, es tan naz…Digoooo tan de extrema derecha como la que más. Lo que sucede es que lo disimula muy bien y pasa por ser una política moderada (claro está que, comparado con Herbert Kickl hasta el demonio de Tasmania pasaría por un político moderado).

Bien: en ese gobierno, un caballero llamado Christian Pewny, otro caballero tan fach….Digooo tan de extrema derecha como el que más, va a ser el consejero de lo Social (ja) y de protección de los derechos de los consumidores (siempre que sean blanquitos, eso sí, y hablen alemán sin acento).

El Kronen Zeitung publicó hace días una anécdota (ejem) referida a la vida personal de Pewny. No, no se asuste el lector: Pewny no confunde peras con manzanas. Pewny no va a celebrar el orgullo este año (vamos, ni ninguno).

Según parece, en 2020, quién sabe si obnubilado por la soledad que a todos nos trajo la pandemia, Pewny fue víctima de un timo.

Probablemente un desaprensivo que vivía en algún país extranjero, pero que se hacía pasar por una señora curvilínea y de senos turgentes, engatusó a nuestro amigo Pewny. Y claro, ya se sabe que tiran dos senos turgentes más que dos carretas, así pues nuestro amigo Pewny empezó a transferir dinero a la presunta dama de seno generoso, transido de amor como el médico Sinuhé por Nefer Nefer Nefer.

Primero mil euros, luego dos mil, más tarde tres mil y finalmente seiscientosmil.

Sí. Más de medio millonazo de euros (que digo yo que, para poder perderlos uno tiene primero que tenerlos, aunque ese no es el problema).

Los otros medios se hicieron eco de la noticia inmediatamente. Porque, a pesar de no ser lo que se dice importante, el morbo es una cosa que sube los clics y ayuda a vender periódicos.

Cundió el cabreo en la extrema derecha. Claro, a nadie le gusta que se sepa que un político de su partido toma decisiones con la punta de…Bueno, con la punta del bolígrafo que usa para firmar los cheques.

Rápidamente se dijo que este asunto del timo era una cosa del estricto ámbito privado del Sr. Pewny (como decía Lola Flores !Quién no se ha dado un pipazo con una amiga!) y que ya valía.

Caso típico del efecto Barbra Streisand. El comunicado no hizo más que echarle leña al fuego.

Y tanto ardió la leña, que hoy la jefa de Pewny, haciendo uso de sus más arraigados instintos, ha amenazado a los periodistas por Twitter y luego, quizá arrepentida, ha borrado su cuenta (y sus posts) en esta red social.

Efectivamente, quizá no sea una de las noticias que más importan de las que han sucedido, pero sí que da un ejemplo del mundo que vendrá.

 


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