gotas de agua

La situación se tranquiliza, el peligro es aún enorme

gotas de agua

La situación meteorológica tiende a tranquilizarse en el sur de Austria, pero el peligro, en muchos lugares, sigue siendo extremo. Los daños, enormes.

7 de Agosto.- Hoy hay una noticia buena y una mala. La buena es que parece ser que la situación meteorológica en el sur de Austria y en Eslovenia se está estabilizando poco a poco. La mala son dos: una que los daños son enormes. Muchas personas se han quedado con lo puesto. Y otra es que, debido al cambio climático, estas situaciones van a ser cada vez más frecuentes y podrían darse incluso con más intensidad.

Inundaciones como las de este fin de semana pasado se han producido en 2002 y en 2013.

En los dos casos se produjo la misma configuración meteorológica. O sea, una zona de bajas presiones que se formó sobre el Mediterráneo y que subió hacia el norte pasando por Austria y Hungría hasta llegar a Polonia.

Como ya explicaba el sábado, las consecuencias de este estado de cosas se ven agravadas por el cambio climático. Cualquiera que haya estudiado se acordará de aquello de que “la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma”. En el caso que nos ocupa, lo que sucede es que al sistema de la atmósfera le estamos inyectando más energía en forma de calor debido al cambio climático. La cuenca del Mediterráneo es, en estos momentos, una sopa de cocido. Esta energía tiene que romper por algún sitio y lo hace en forma de precipitaciones. De muchas precipitaciones.

Por supuesto, las consecuencias de estos eventos extremos se agravan por el sellado de grandes superficies a causa de la construcción. Cada día se bloquean en Austria once hectáreas y media de suelo (datos de 2021) esto equivale, en la socorrida comparación, a 12 campos de fútbol.

Este suelo que se pierde se dedica por ejemplo a hacer aparcamientos, calles, industrias o casas (de lo destructiva y contaminante que es la industria de la construcción ya hablamos si eso en otro momento).

Para lo que nos ocupa, ese suelo, cuando llueve, llega al límite de su capacidad de absorber agua y se producen las inundaciones.

En estos momentos, aunque las lluvias han empezado a cesar, el peligro continúa. Entre trescientas y cuatrocientas laderas de toda Carintia amenazan con desplazarse y sus habitantes no pueden volver a muchas casas por estar en peligro sus vidas.

La mitad de los municipios de Carintia están, en estos momentos, afectados por la catástrofe en diferentes grados.

El gobernador de Carintia ha comparecido hoy ante la prensa, para exponer la medida en que la catástrofe ha golpeado al territorio bajo su responsabilidad.

Ha hablado de corrimientos de tierra, de casas devoradas por el barro. De los enormes daños causados por la riada.

Incluso la abadía de St. Paul, construida en 1091 ha sido puesta en peligro por las inundaciones. Parte del muro que rodea la abadía ya se ha resquebrajado por varios sitios. El terreno sobre el que se asienta se ha reblandecido por las fuertes lluvias y cabe la posibilidad de que un corrimiento de tierras afecte a la estructura.

En estos momentos hay tres geólogos evaluando la situación.

¿Qué pueden hacer los afectados? De momento, rezar para tener un seguro. Y, de tenerlo, documentar bien los daños y comunicarlos a las compañías aseguradoras. Después, informarse a propósito de las ayudas que da el Estado Federal austriaco a través de los fondos de catástrofes.

A más largo plazo, asumir que estos acontecimientos se van a volver más frecuentes conforme el cambio climático se intensifique y que, por lo tanto, hay que tomar medidas de prevención para minimizar los daños en lo posible, tanto en vidas como en posesiones.

Y desde ya, luchar con todas nuestras fuerzas para parar el cambio climático o, por lo menos, amortiguar sus consecuencias.

Es imprescindible, vital, cambiar nuestro estilo de vida, descarbonizar la economía, renunciar a los combustibles fósiles. El Estado, que es quien tiene poder para hacerlo, tiene que proteger a los ciudadanos, desincentivando las conductas y las decisiones económicas que puedan ser dañinas para el clima y favoreciendo aquellas que van a favor de proteger nuestra casa común. Mediante impuestos, por ejemplo o, como ya se hizo cuando se detectó el agujero en la capa de ozono, prohibiendo directamente lo que está sobradamente demostrado que es nocivo.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.