Mañana, en Austria, desestabilizamos el mundo (un poquito)

Mañana por la tarde se producirá en Austria un acontecimiento inédito en su historia. Tal como se está poniendo el mundo, un acto abiertamente subversivo.

30 de Noviembre.- Hoy, el Tribunal Supremo de Rusia ha declarado a un supuesto „Movimiento Internacional LGTBIQ“ como organización extremista y, por lo tanto, ha incluido a todos los activistas por los derechos de ese grupo de población en la misma lista que a los terroristas. Las „deliberaciones“ han sido a puerta cerrada y los periodistas solo han podido estar presentes durante la lectura del fallo (nunca mejor dicho).

En él se dice que los activistas por los derechos del colectivo LGTBIQ o sea, en neolengua rusa „aquellos que no viven conforme los valores tradicionales“ tienen como intención desestabilizar Rusia. De hecho, en diversos foros, los representantes del Gobierno y de la Iglesia ortodoxa rusas abundan en la delirante idea de que la Unión Europea, lo mismo que el resto del mundo occidental, defiende los derechos del pueblo multicolor para hundirles en la miseria.

(Cosa en la que, hasta el momento, tienen un éxito relativo tirando a nulo, por desgracia, las cosas como son).

A partir de enero, cuando entre en vigor la sentencia, cualquier acción de activismo que intente acabar con este triste estado de cosas o ver en el metro un canal de Telegram con chicos guapos y fornidos, bastará para que la policía detenga al culpable y le condene a penas de hasta 12 años de prisión.

Es Rusia, pero (Dios lo evite) podría ser la Hungría de Orban, o Polonia, u Holanda o, si llega al poder determinada gentuza que todos sabemos, podría ser Austria (ya se sabe el amor que ciertos partidos austriacos tienen a Rusia).

Mañana por la tarde, en Simmering, uno de los barrios más populares de esta capital que el Danubio riega con sus cantarinas aguas, se producirá un acontecimiento hasta ahora inédito. En la iglesia evangélica de la Braunhubergasse habrá un concierto de villancicos. Lo especial va a ser la cantante: la mexicana Chichi Gonzales, una drag queen.

Drag Queen

Gonzales es mexicana y vino a Austria a estudiar canto, ópera. En este momento, está en el proceso de transición de su cambio de sexo, así que es una mujer transexual.

El camino hacia el cambio de sexo empezó cuando empezó a explorar su lado femenino cuando empezó a actuar como drag queen.

Según ha declarado al diario vienés Der Standard, este concierto resulta para Chichi Gonzales algo muy importante. Hasta ahora, ni ella ni su comunidad, es notorio, han sido muy aceptados por la iglesia (por las iglesias).

La posibilidad de cantar en una iglesia vestida de drag queen es como abrir una puerta”.

Esta iglesia de la Braunhubergasse “se ha mojado” de siempre, por los derechos de la comunidad LGTBIQ. Aquí, en los noventa, se bendijo por primera vez en Austria a una pareja homosexual. Tuvieron que cerrar las puertas no, como en Rusia, para que nadie se enterase, sino para “poder trabajar” con tranquilidad.

La iglesia evangélica luterana, a la que pertenecen la mayoría de los 265.000 austriacos que son protestantes, permite desde 2019 el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo (papa Paco, a ver si la Iglesia católica se va poniendo un poquito las pilas). Para no violentar ninguna conciencia, cada congregación puede decidir por votación si en su parroquia se pueden celebrar estas ceremonias y los pastores (y las pastoras) tienen la posibilidad también de decidir si quieren oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo o no.

En la actualidad, en la fachada de la Iglesia está izada una enseña que recoge no solo la bandera del arcoiris, sino también la de los otros grupos del colectivo LGTBIQ.

De momento el concierto de Chichi Gonzales no ha levantado mayores protestas. Nada que ver con la que se montó esta primavera pasada cuando una drag queen organizó una lectura para niños en la Rosa Lila Villa.

En aquella ocasión, tanto la extrema derecha del FPÖ como el ÖVP se movilizaron y organizaron una bronca manifestación frente al lugar en donde se tenía que celebrar la lectura. Un sitio lleno de niños.

Como ya explicamos en su momento, la tirria contra las drags se trata de una tendencia importada. Es la siguiente trinchera de la llamada Alt Right americana.

Las entradas del concierto valen entre 35 y 75 Euros y la recaudación se destinará a proyectos relacionados con los derechos de la comunidad LGTBIQ.

Ya podían aprender los rancios de los rusos.

 


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