Las redes sociales: un peligro para la democracia

Ilustración IA (getimg)

La academia de las ciencias austriaca ha clasificado las redes sociales como un peligro para la democracia y ha dado algunas recomendaciones.

 

Entrevista con Ignacio Mtnez Castignani, director del Instituto Cervantes de Viena

27 de Febrero.- En la pasada feria del libro de Viena, la Buch Wien, tuve ocasión de entrevistar al escritor español Lorenzo Silva. Desde entonces le sigo en Twitter y a través de este medio conversamos de una manera regular. Una de las preocupaciones que compartimos es el papel que las redes sociales desempeñan en las sociedades modernas. Una preocupación que yo creo que nace de que los dos, de alguna forma, percibimos que existe una disonancia entre lo que la gente en general cree que son las redes sociales y lo que en realidad son.

TODO POR LA PASTA

Hay una gran mayoría de personas que piensan ingenuamente que las redes sociales son un ágora, una plaza pública en la que es posible mantener un debate más o menos civilizado sobre temas que susciten el interés de cada uno. En realidad, y no hay que perderlo nunca de vista, las redes sociales, todas, son un negocio. Un negocio muy poco transparente, además. Y como todos los negocios, tienen un objetivo primordial: ganar cuanto más dinero mejor.

Las redes sociales han ganado y ganan dinero de varias formas. En primer lugar, comerciando con nuestros datos (la legislación europea lleva mucho tiempo luchando contra esta práctica, que representa enormes peligros, como tendremos ocasión de ver más abajo) y, en segundo lugar, utilizando esos datos para elaborar perfiles increíblemente detallados al objeto de vender espacios publicitarios personalizados hasta un nivel inédito en al historia.

O sea, mientras usted se masturba mirando sus videos pornográficos favoritos o busca un remedio eficaz para eliminar los pulgones de los rosales, hay alguien tomando nota y apuntando en un perfil en el que figura su nombre, su residencia, su edad, su sexo y demás datos, los rasgos adicionales que considere pertinentes. En cualquier caso muchísimos más de los que a usted le gustaría que nadie supiese.

Y esos datos son procesados en grandes volúmenes y, convenientemente empaquetados, enviados al cliente.

Para Meta, matriz de Facebook e Instagram o para Alphabet, matriz de Google, es indistinto que el cliente (o sea, el anunciante) sea una empresa que fabrica electrodomésticos o un partido político que preconiza la expulsión de un determinado territorio de una minoría étnica. Su interés, en bien de su cuenta de pérdidas y ganancias, es que pasemos cuanto más tiempo mejor dentro de la aplicación, para así poder mirar anuncios.

Ilustración elaborada con IA (get img)

Hay cientos de personas en esas empresas que, después de dejar a sus hijos en la puerta del colegio, dedican su jornada laboral a inventar maneras de que pasemos más y más tiempo delante de la pantalla. Su objetivo es que se nos pase el tiempo volando mientras hacemos escroll infinitamente viendo anuncios. Para ello, han aguzado el algoritmo para que privilegie los contenidos con más interacciones. O sea, los que atacan a la emoción. Esto ha producido que, insensiblemente, hayamos terminado viendo una versión en las redes sociales una visión muy distorsionada del mundo. A Meta o a Alphabet les da igual, naturalmente, pero nosotros deberíamos estar muy preocupados, porque hay mucha gente que toma esa caricatura, esa fotografía horriblemente distorsionada del mundo, como un espejo fiel de la realidad.

El 6 de Enero de 2020, cuando turbas de personas absolutamente desequilibradas asaltaron el Capitolio de los Estados Unidos, tuvimos un aperitivo de lo que puede ser un mundo en manos de personas que ya no distinguen la realidad de lo que ven en Twitter.

HAY QUE HACER ALGO Y HAY QUE HACERLO YA

La Academia Austriaca de las Ciencias (ÖAW) ha advertido hoy en el Parlamento austriaco de que las redes sociales han devenido un peligro para la democracia. Los algoritmos (los cuales, recordemos, nadie de fuera de esas empresas conoce exactamente, porque son un secreto comercial) privilegian los discursos extremos, especialmente de la extrema derecha, y aquellos contenidos negativos, polarizadores y emocionales (que son los que favorecen que pasemos más tiempo dentro de las aplicaciones).

Este estado de cosas ya esta teniendo sus consecuencias en Austria. Solo la mitad de los austriacos confía en los medios de comunicación, la polarización, particularmente desde la pandemia, ha crecido considerablemente.

Los académicos han pedido en la sede de la soberanía popular cambios legales en relación con las redes sociales y han proporcionado a los políticos seis recomendaciones al respecto.

Son estas:

En primer lugar, la creación de un consejo ético, a imagen del que regula la publicidad, de aplicación a la publicidad política.

Asimismo, un código ético que establecería unos estándares que deberían seguir todos los políticos, como una obligación de ejemplaridad. Y que exista la posibilidad de una “llamada digital al orden” en el caso de que se rompa ese código de alguna manera.

También recomiendan la monitorización de la comunicación política así como el fortalecimiento de los controles democráticos sobre las plataformas de internet.

Del mismo modo, los académicos han recomendado hoy la reforma de la política de subvenciones a los medios y de concesión de publicidad institucional. Se trata de que el dinero público se gaste en fortalecer medios de calidad. Está por ejemplo muy fresco el caso de la persecución de Alexandra Föderl-Schmid en internet, o las amenazas publicadas por la web ultra Exxpress contra Armin Wolf. Este último medio recibe del Estado más de un millón de euros todos los años.

Por último, y yo creo que más importante, si cabe, que todas las anteriores, los académicos han recomendado que se alfabetice a la gente en lo digital. En ese esfuerzo se alinea también este artículo.


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Comentarios

3 respuestas a «Las redes sociales: un peligro para la democracia»

  1. Avatar de Pablo
    Pablo

    ¿Por qué siempre se habla aquí de “extrema derecha” y no de la “extrema izquierda”?
    Las redes sociales, especialmente Twitter, ha estado controlado por la extrema izquierda desde siempre. En España, por ejemplo, hay grupos organizados dentro de la red social que se dedican a perseguir y denunciar falsamente a todos aquellos que no siguen el mensaje de la izquierda/extrema izquierda.

    ¿Quién controlará la ética de los consejos éticos?

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hola Pablo: la extrema derecha ha utilizado tradicionalmente las redes sociales por tres motivos fundamentales: a) es una publicidad extremadamente eficaz, en términos de resultados-costes, b) permite una publicidad personalizada y c) más importante: no está sujeta a control institucional. Se trata de un marketing de guerrilla que una extrema derecha muy bien organizada ha utilizado para extender sus postulados. Las personas que asaltaron el Capitolio de los EEUU no eran precisamente maoistas, y se organizaron por las redes sociales. En Austria, de manera más cercana, tenemos a los antivacunas, claramente ultras. Fueron ellos los que provocaron, a base de acoso, el suicidio de una doctora en Baja Austria. A menor escala, amenazan constantemente a cualquier persona que diga algo en favor de la ciencia. Una de las falacias que la extrema derecha intenta colar es que el extremismo viene de los dos lados, o sea, que hay una “extrema izquierda” igual de activa que la extrema derecha. No es así, y a las pruebas me remito. Alijos de armas decomisados (en Baja Austria, la última vez) y Know How (y hay quien dice que también dinero) procedentes de Moscú. Granjas de trolls que se dedican a inundar el ciberespacio europeo con mensajes en contra de la UE. Por ejemplo, detrás de las protestas de los chalecos amarillos, en Francia o, recientemente, de las famosas “tractoradas”. Aprovechan un descontento base para llevar el agua a su molino. Espero que, después de esto, sepas por qué se habla siempre de extrema derecha y no de esa “extrema izquierda” que solo existe en las fantasías calenturientas de los ultras. Un saludo

      1. Avatar de Pablo
        Pablo

        Por favor… los tres puntos que has dicho al principio son claramente aplicables al uso que ha dado la extrema izquierda a las redes sociales. Te compro lo del asalto al capitolio de EEUU pero no olvidemos todo el mal que han hecho movimientos comunistas (y de extrema izquierda también) en Hispanoamérica: esos no asaltan congresos directamente hacen atentados o guerrillas.
        No obstante, si ya dices que llamar extrema izquierda es una falacia de la extrema derecha ya está todo dicho. No soy precisamente un ultra de nada pero hay que entender que por naturaleza (y por desgracia) hay extremos y posiciones de cada lado, y para todo.
        Gracias por la respuesta y enhorabuena por el blog y podcast.

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