Instrucciones para hablar como un perfecto n*zi ( y 2)

El lenguaje es una herramienta de creación de realidad y la jerga de la extrema derecha está optimizada para ser utilizada como arma.

 

Expresiones alemanas utilizadas en los medios ultras (1)

22 de Marzo.- Hace unos días iniciábamos este pequeño recorrido por el parque temático de la jerga neonazi.

Revisábamos entonces palabras de aquel entonces que se han conservado en el lenguaje político actual y algunos términos que se han reciclado o que se han incorporado a esta galería de engendros.

En el primer grupo sin duda la que tiene una historia más curiosa es “Volkskanzler” o “canciller del pueblo”. Tras una larga pausa, el aparato de propaganda recuperó este apelativo para Herbert Kickl en marzo de 2023, justo cuando empezaban a difuminarse las movilizaciones de los antivacunas que habían impulsado de nuevo a Kickl a la cresta de la ola.

Volkskanzler o canciller del pueblo era aquel que se enfrentaba a las élites (un enfrentamiento que lleva en la caja de herramientas de la propaganda de la extrema derecha desde los años treinta del siglo pasado). El proyecto para llevar a Kickl a la cancillería (Dios lo evite) se llama, precisamente, proyecto “Volkskanzler”.

La propaganda nazi acuñó este término para referirse a Adolf Hitler antes de la toma de poder, en 1933. Por cierto que el calificativo tuvo bastante éxito, y hubo, en ese mismo periodo, por lo menos otro Volkskanzler. Engelbert Dollfuss el cual, en aquellos momentos, gobernaba Austria con manita de hierro.

Cuando los nazis consiguieron llegar al poder, en el tenso escenario político de las postrimerías de la República de Weimar, se consideró que “Volkskanzler” era poco oficial y demasiado blando. En 1934 el propio Hitler dispuso que la denominación oficial sería “Führer und Reichskanzler” (o sea, algo así como “caudillo y canciller del Reich o canciller imperial).

A partir de 1939, Hitler fue llamado por la prensa solo “Führer”.

-Una característica fundamental de la propaganda es que debe eludir los controles de la razón. El receptor tiene que tragársela sin darse cuenta. Por eso otra característica fundamental de la jerga neonazi, que contamina también a medios próximos pero que solo son ultras por conveniencia, como la tele y el periódico de la familia Fellner, es el uso constante de unidades lingüísticas tipo cliché para referirse a todas las cosas posibles, desde fenómenos o personas. Frecuentemente, estas últimas son aludidas por motes. Ahora mismo hay una activista conocida como “Klima Shakira”, por ejemplo, o el aditamento de “Kult-“ (de culto) para cualquier cosa.”Kultlokal”, “Kultbande”, “Kultfilm”…Etc.

La simplicidad no implica que estas unidades linguísticas no sean “herramientas lingüísticas” muy optimizadas. De hecho, ese aguzamiento es una de las características de este lenguaje. Se utilizan este cliché como arma, con intención política. Hace relativamente poco, coincidiendo quizá con el affaire Teichtmeister, empezó a aparecer “Kuschljustiz” (o justicia suave, justicia de terciopelo. En general, se utiliza para aquellos casos en los que la justicia que los ultras consideran “del sistema” no actúa con la mano dura necesaria. Bien porque el reo pertenece a “las élites” (caso Teichtmeister) o bien porque el reo pertenece a un ámbito ajeno a “la comunidad racial” (a la Volk) como en el caso de un extranjero que haya cometido un delito.

-El lenguaje ultra es vocacionalmente hiperbólico. No es extraño en una jerga que pretende esquivar los controles de la razón y apelar al sentimiento. Así, todo “eskaliert” o “explodiert” o hay “Ohrfeigen” (bofetadas). Hemos tenido últimamente otro ejemplo con Donald Trump, que vaticinaba un “baño de sangre” en el caso de no salir elegido.

 

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