La larga sombra de Rusia en la Unión Europea

El ex alto cargo detenido el viernes santo pasado ha ingresado en prisión. El Gobierno ha convocado una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.

1 de Abril.- El viernes santo pasado sucedió una noticia que, desde el Gobierno austriaco, se observa con mucha preocupación.

En un contexto de creciente tensión entre la Unión Europea y Rusia, un ex alto cargo de los servicios de espionaje austriaco, Egisto Ott, fue detenido acusado de haber vendido secretos a los rusos.

Hoy se han sabido más detalles. El acusado fue detenido en su domicilio. En el transcurso de la detención se realizó un registro, que discurrió de una manera que los medios austriacos describen como „turbulenta“. Solo cuando se le garantizó que se levantaría acta de todos los pasos de la acción, Ott para el que naturalmente rige la presunción de inocencia, accedió a colaborar.

El mismo día también se detuvo al yerno de Ott.

El primero ha sido puesto a buen recaudo por el juez que instruye el caso, al apreciarse peligro de que Ott se fugue o destruya pruebas necesarias para la investigación. El yerno ha sido puesto en libertad, al no pesar contra él indicios que permitan inferir que pueda tener algo de lo que responder ante la justicia.

Las acusaciones contra Ott son gravísimas y se sustancian en haber presuntamente puesto a disposición de los rusos los volcados de tres teléfonos móviles de altos funcionarios del Estado. En concreto, del ex jefe de gabinete del Ministerio del Interior, del hoy director general de la policía y del director de extranjería y de asilo.

Además, pesa sobre Ott la sospecha de haber abastecido a los rusos „de manera sistemática“ de secretos relacionados con la seguridad de Austria.

El alcance de la filtración no se conoce con exactitud (por lo menos públicamente) y, si se conoce en círculos del Gobierno austriaco es poco probable que se haga público.

El próximo día 9 está previsto que se reúna en Viena el Consejo de Seguridad Nacional.

Como ya explicaba ayer en La Tarde en Directo, el caso de Ott no es, ni mucho menos, aislado y obedece a una estrategia rusa de guerra híbrida destinada a minar las instituciones de la Unión Europea.

Los Gobiernos europeos temían (y sus temores se han cumplido) que la campaña rusa arrecie con ocasión de las elecciones europeas.

La guerra híbrida de la Rusia contra la Unión Europea tiene tres patas: por un lado, el espionaje tradicional. Rusia está reuniendo constantemente información, comprando a funcionarios de alto nivel como Ott. Rusia estaría intentando reconstruir su red de espionaje en Europa occidental, red que sufrió un duro golpe tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022.

La segunda parte son las redes de desinformación. En este sentido, esos días se ha desarticulado una red que esparcía bulos por la zona este de la Unión Europea (República Checa, Hungría y Polonia, entre otros) a través de un portal de internet llamado Voices of Europe.

El portal ya fuera de línea, pagado por dos oligarcas vinculados al Kremlin, Viktor Medvedchuk y Artem Martzehvsky, difundía bulos en forma de entrevistas y análisis con un claro sesgo de extrema derecha.

Asimismo las legiones de trolls que utiliza la Federación Rusa atacan de manera coordinada amplificando conflictos en las redes sociales, explotando diferencias territoriales, amplificando temas de inmigración e inseguridad ciudadana y, en general, minando la credibilidad de las instituciones esparciendo narrativas propicias para sus intereses.

La tercera pata de la estrategia rusa es la compra de influencia. Consta fehacientemente que Rusia ha contactado a eurodiputados de las facciones de extrema derecha en el Parlamento Europeo (contactos que se encuentran en este momento bajo investigación) y que financia numerosos grupos de presión próximos a la extrema derecha que luchan contra el feminismo y los derechos LGTBIQ.

Rusia también se acerca a divulgadores políticos relevantes para sus intereses, que se venden a sí mismos como personalidades críticas con “los auténticos problemas de la UE” o que luchan contra “la burocracia de la Unión”.

En Austria, la red de medios digitales afines a la extrema derecha (apoyados de cerca o de lejos por el FPÖ) llevan mucho tiempo amplificando las narrativas rusas sobre, por ejemplo, las causas de la guerra de Ucrania. La famosa historia fabricada por el Kremlin de que la invasión de 2022 fue un acto de “legítima defensa” de Rusia al sentirse “amenazada por la OTAN”.

 

LTeD 31.03.2024: Nos vemos en mayo

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