A partir de mañana, no hay más gas ruso

El gigante ruso Gazprom suspenderá a partir de mañana el suministro de gas a Austria. Todo está bajo control, dice el Gobierno.

 

LTeD 10.11.2024: Austria y la victoria de Donald Trump

15 de Noviembre.- Pronto hará 1000 días desde la invasión rusa que desencadenó la actual guerra de Ucrania.

En aquellos días, febrero de 2022, la principal preocupación en Europa occidental era que la Federación Rusa había sido, desde hacía décadas, la principal artífice de la prosperidad de las grandes economías de la Unión. Después de la segunda guerra mundial, y a partir de los sesenta del siglo pasado, los gasoductos rusos habían ido creciendo poco a poco como una planta parásita y, poco a poco, se habían convertido en un potente instrumento de chantaje que el Kremlin operaba rotundamente siempre que las circunstancias no le eran propicias.

Antes de empezar la guerra, Moscú había contado con que los europeos, como había sucedido en ocasiones anteriores, asistirían a la desaparición de Ucrania sin acometer otras acciones. Primero, porque Moscú contaba con una guerra relámpago. A lo sumo, de una semana. Después, porque Moscú sabía que el bienestar de muchos millones de europeos dependía, directa o indirectamente, del flujo constante de gas ruso. Contaba, como de hecho ha sido así, que la subida de los precios de la energía llevaría a Europa a una espiral de subida de precios que aumentaría el descontento social. Un descontento que podría utilizar, como de hecho así ha sido en parte, para llevar al poder a los movimientos de extrema derecha que llevaba “cultivando” pacientemente desde principios de siglo.

La reacción, casi monolítica, de la Unión Europea, primero y, más tarde, la capacidad de respuesta de Ucrania (ayudada por la ineptitud rusa, claro) pillaron a Moscú a contrapelo. Aún así, pasado el primer susto de las sanciones, pronto los europeos se vieron en la incómoda posición de transferir todos los meses a Rusia miles de millones de Euros para pagar un gas que ayudaba a la maquinaria de guerra de Moscú.

EL CAMBIO ENERGÉTICO

Había que hacer algo y se hizo. A un coste enorme. Principalmente, como digo, electoral. La economía europea no se ha recuperado todavía y es probable que tarde aún en recuperarse. Siendo la energía más cara, todo es más caro, los sueldos cunden menos, los beneficios empresariales se resienten.

El peligro de que Europa dé un giro hacia un modelo autoritario es, todavía, palmario. Y, sin embargo, muy trabajosamente, la Unión Europea va camino de liberarse de la dependencia del gas ruso.

Mañana se dará un paso más. La compañía semipública austriaca ÖMV ha ganado un pleito contra la Gazprom, la vaca lechera de los fondos de Putin. Un tribunal internacional le ha dado la razón a la ÖMV y ha condenado a la Gazprom a pagar 230 millones de euros como indemnización por la irregularidad del suministro de gas durante 2022.

La ÖMV anunció, tras conocerse el veredicto, que dejaría de pagar a la Gazprom hasta que los pagos cesantes cubriesen el importe de la indemnización decretada por los tribunales. Se esperaba que, más tarde o más temprano, la Gazprom reaccionaría. Lo ha hecho ya y ha anunciado que, a partir de mañana, no llegará gas ruso a Austria.

La posición del Gobierno austriaco ha sido tratar de dar tranquilidad a los consumidores: si no hay más gas ruso, por lo menos Rusia no podrá chantajear al Gobierno austriaco de ninguna manera.

Asimismo, se ha insistido mucho en que la reacción (“acto de venganza”) del Gobierno ruso no le ha pillado a nadie de sorpresa. Los depósitos de gas austriacos están llenos al 94%, el suministro está garantizado y hay otros proveedores que sustituirán al gas ruso.

Un discurso sin fisuras. Sin embargo, cuando el reportero de la ORF le ha preguntado al canciller Nehammer si esto significaba que Austria era independiente del gas ruso definitivamente, el canciller se ha escurrido con bastante habilidad. Quizá porque quería dejar una puerta abierta.

También se une a esto que Austria se ha ocupado en estos años de garantizar el suministro desde los gasoductos italianos. Así pues, en principio, el suministro está garantizado.

Como era esperable, los portavoces del Gobierno de Moscú en Austria, la extrema derecha, se han mostrado muy descontentos con esta situación que priva a Moscú de una fuente de fondos. Han dicho en resumen que, si Austria se llevara bien con el señor oscuro, estas cosas no pasarían. Han acusado al Gobierno austriaco de sacrificar la neutralidad austriaca en el Moloch de Bruselas y han augurado un negro futuro a los austriacos como consecuencia de la vesania de su Gobierno.

En fin, ya será menos.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.