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Detenido el empresario René Benko

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El otrora prestigioso y poderosísimo René Benko ha sido detenido hoy por la fiscalía anticorrupción.


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23 de enero.- Uno de los espejismos con los que ciertos gobiernos conservadores adormecen la desconfianza de la oposición es el de la economía. Según ese viejo mantra, que todos conocemos, mientras que a la izquierda se le da mejor defender los derechos de los trabajadores y, en general, la cosa social, a la derecha se le da bien la gestión.

Es como si las derechas necesitaran ese relato del triunfo, especialemente si se personifica en un hombre joven triunfador hecho a sí mismo, más en concreto.

Muchos han sido y muchos serán todavía los candidatos a prestarle su carne y sus huesos a ese mito, el cual, como todos sabemos, es solamente eso: una mentirijilla, y ni siquiera piadosa. En el noventa y nueve por ciento de los casos, ese relato que intenta justificar la meritocracia es un cuento chino que solo se creen los pobres. El dinero solo sale del dinero. Y en el uno por ciento restante ese relato del hombre cuyo esfuerzo le franquea el paso a la cumbre tiene truco. O sea, que no se puede llegar a rico siendo decente como usted o como yo. Otra cosa es que te pillen, por supuesto.

El ochenta por ciento de los asesinatos quedan impunes.

Durante mucho tiempo, la personificación del „milagro“ en Austria fue René Benko. Ese hombre que vendiendo y comprando, pián pianito, llegó a poseer una de las mayores fortunas de Austria basadas en el ladrillo. Y ese ladrillo eran los fundamentos de un grupo empresarial, SIGNA, el cual, como muchos antes y muchos que vendrán, se basaba en el clásico modelo de la estafa piramidal, con una red de empresas inextricablemente unidas que se facturaban unas a otras convirtiendo cada euro real en un carrusel de euros fantasmas. Supongo que René Benko, como Ruiz Mateos antes que él, pensó que, si enredaba la estructura lo suficiente, no le pillarían jamás. Y, sin embargo, bastó la turbulencia financiera generada por la invasión rusa de Ucrania para que el castillo de naipes de Benko se viniera abajo y tuviese que declararse en quiebra y concurso de acreedores.

Por supuesto, René Benko no tiene ni un pelo de tonto y había previsto la eventualidad. Legalmente, no tenía ni un botón a su nombre. Su madre era la que le dejaba vivir en la casa que le cubría, por ejemplo.

Y sin embargo, la fiscalía contra la corrupción y los delitos económicos ha dictado hoy orden de prisión contra René Benko y le ha detenido a las ocho de la mañana, es de suponer que mientras desayunaba, en su lujosa casa de Tirol.

Se le acusa más o menos de haber actuado como un yonki del dinero, o sea, de haber seguido ejerciendo actividades económicas a escondidas y de haber ocultado patrimonio, dañando así los intereses de los acreedores, que no tienen donde hincar el diente para resarcirse por las pérdidas que les ha creado la (presunta) manía de René Benko de hacer travesuras con el dinero ajeno.

A partir de ahora, la justicia tiene cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención para decidir si lo deja en libertad de alguna forma (bajo fianza o con cargos) o si lo pone a la sombra.

Esta última opción parece la más probable, dada la persistencia en el error del señor Benko y el peligro de que ponga pies en polvorosa que han apreciado los funcionarios.

Oficialmente, Benko no tenía ningún cargo ni en SIGNA ni en las fundaciones „colgandeiras“ que el empresario había ido fundando con los años.

Sin embargo, la justicia sostiene que en realidad esto no era así y que René Benko era el responsable último de todo lo que se hacía y se deshacía en su vasto imperio empresarial.

Se basan en una intensa investigación llevada a cabo durante los últimos meses y que ha debido de ser como la preparación de esas docuseries de Netflix que están tan de moda. No solo han cantado la Traviata socios, amigos y conocidos, sino que los funcionarios también han revisado correos y mensajes y han intervenido teléfonos hasta llegar a la conclusión de que algo huele a podrido en Dinamarca.


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