25 de Febrero.- “Wir sind zwei Hanseln vom Land. Bodenständig, lustig und sexy, richtig österreichisch eben“. O sea: somos dos tíos del campo. Pegados a la tierra, graciosos y sexis, auténticamente austriacos. Aproximadamente así se traduce la definición que, de sí mismos, hacen los Trackshittaz por boca de Lukas Plöchl, su cantante. Al segundo intento, ayer por la noche se convirtieron en los elegidos para representar a Austria en el festival de Eurovisión que, este año, tiene lugar en Baku.
Desde que Lukas Plöchl empezó a darse a conocer a la altura de 2007, los Trackshittaz han ido escalando posiciones y se han convertido en un rentable negocio. Como David Bisbal en sus orígenes, venden sexo sin aditivos, venden juventud, venden simpatía y, sobre todo, venden su pertenencia al pueblo. Mis lectores se harán una idea de lo que quiero decir, si comparo a los Trackshittaz con otro fenómeno español con los que, dejando aparte la música, tienen mucho en común: los Estopa.
¿Pero de dónde vienen los Trackshittaz? O, lo que es lo mismo ¿Quién es Lukas Plöchl? Nació en abril de 1989 en la localidad de Freistadt, en Öberösterreich, al norte de Austria. Madre austriaca y padre chino, a la sazón, el entrenador de la selección nacional femenina austriaca de tenis de mesa. Plöchl hizo la formación profesional en Freistadt y, al terminarla, empezó administración de empresas en la Universidad de Viena.
En 2007, Plöchl compuso y produjo prácticamente a coste cero la canción Öz Pedan, que estaba destinada a ser un éxito. Primero, entre sus compañeros de colegio y después, a través de Youtube, a todo el país. El éxito se repitió en la primavera del 2010, cuando Plöchl forma los Trackshittaz y hacen una versión pegadiza y bastante gamberra de Alors On Danse (en dialecto, por supuesto, y con la misma estética underground). Entre octubre de 2010 y enero de 2011, Plöchl participa en el casting show de la ORF Helden von Morgen, en donde los coreógrafos descubren pronto que tienen una mina y la explotan, haciéndole protagonista de todo género de números acrobáticos que incluyen, en muchos casos, el quitarse la camiseta (Plöchl practica el culturismo).
A pesar de quedar segundos en Helden von Morgen (un caso parecido al de Rosa y Bisbal) está claro que el ganador es Plöchl. Los avispados productores le lanzan inmediatamente un disco que ocupa, durante tres semanas, el número 1 en las listas austriacas y que se mantiene en ellas la friolera de otras veintinueve. Disco de platino.
El siguiente disco del dúo, que se llama Prolettn feian längaah (algo así como”Los bakalas aguantan más de marcha” –aunque el término Prolettn-Proletten sea de difícil traducción al español-) se vende algo peor (10.000 copias) pero también alcanza el número 1 y se mantiene en las listas un total de 14 semanas.
Los que mueven el negocio de la música en Austria, meten a Trackshittaz en la carrera hacia eurovisión y se aseguran de que, en las emisoras, suene su nuevo cañonazo bailable Woki mit Deim Popo (algo así como “Mueve el culete”, en este enlace, con letra). Ayer, tras el show y la votación correspondiente vía SMS, los Trackshittaz, que ya habían intentado ir a Eurovisión en vez de la pelma de Nadine (la del año pasado) se impusieron a la favorita Conchita Wurst –la drag que las tenía todas consigo por tratarse Eurovisión de una sucursal del Orgullo-.
Yo, personalmente, me alegro (de hecho, tengo que confesar que tengo Woki mit deim Popo en el mp3 y que me alegra mucho mis largas carreras en la cinta). Veremos a ver qué hacen los Trackshittaz en Baku.
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