En qué se parece Nuria Bermúdez a los Verdes austriacos

Graffiti en VienaA primera vista, podría parecer que no hay ninguna relación, pero sí que existe. Para descubrirla, no tienes más que leer este post.

3 de Febrero.- Puede que alguno de mis lectores se asombre si escribo que, hoy por hoy, el sitio en donde más se puede aprender de cómo funciona la agenda pública es viendo los programas del corazón. El principio general es este: somos seres saturados de información. Nuestro entorno produce muchos más datos de los que podemos percibir, almacenar y digerir. Para colmo, la irrupción de los móviles listos ha hecho que haya gente que esté luchando a pulgar partido porque nos enteremos de que sus niñas están estupendas (like/Compartir, “qué guapas están tus niñas”) o de que, si le damos al botoncillo del me gusta, una pobre criatura que se está muriendo de cáncer en Omaha va a recibir un dólar para poder pagarse el tratamiento.

El lenguaje como creador de realidad

Los personajes del corazón, siendo como son en su mayoría analfabetos funcionales, se dieron cuenta de esto instintívamente, y llegaron a la conclusión de que la única manera de seguir “en el candelabro” y, por lo tanto, ganar dinero con el que poder comprarse polvitos blancos o chicken nuggets para sus hijos, era asegurarse un lugar constante en lo que podríamos llamar “el paisaje mental” de los consumidores de noticias rosas (o sea, todos nosotros) ¿Cómo se conseguía esto? Veamos un caso práctico: Nuria Bermúdez, también conocida como Nuriaber.

Nuriaber(múdez), como recordarán mis lectores era una muchacha sin oficio ni beneficio, y con pinta de ejercer una profesión de esas en las que hay que llevar la ropa interior muy límpia. La muchacha acaparó la atención pública cuando dijo que Antonio David Flores le había echado un número inverosímil de coitos (en una sola noche, se entiende). Esta afirmación, hecha por una señorita que, pese a su juventud, parecía ser ya toda una autoridad en el tema, agitó los mentideros de toda la nación y no hubo peluquería ni despacho en donde no se debatiese sobre el tema. Después de la polémica coitos sí/coitos no, vinieron otras y hoy, parece ser, Nuriaber(múdez) es mánager de algunos futbolistas del Real Madrid Club de Fútbol. Lo que se dice una “lideresa” del vestuario blanco.

Nuriaber sabía que lo de menos era si Antonio David había ejercido de Rocco Sifredi con ella. Una vez dicho, era como si lo hubiera sido. O sea, el lenguaje como creador de realidad.

Lo que podríamos llamar “la estrategia Nuriaber” es un win win tanto para los famosos como para los periodistas que, como los pájaros que se comen las cagarrutas del lomo de los rinocerontes, viven de ellos. El famoso cobra los laureles y el periodista no tiene que pensar.

Los verdes austríacos

En estos días, ha surgido en Austria una historia que, probablemente, sea un caso de “Nuriaberismo” de manual. En esta ocasión, la historia que le sirve de soporte es bastante verdad, sin embargo. El leit-motiv, es la “crisis de los verdes” que un amable lector apuntaba el otro día en los comentarios de este blog.

El detonante ha sido precisamente el baile neonanci anual del que ya hemos hablado en otras entradas. Los verdes (Die Grünen) se posicionaron en contra del baile de marras pero sus juventudes (los que, en lengua vernácula, se llaman “los jóvenes verdes”) aparte de posicionarse, crearon un dominio en internet (con dinero y recursos del partido). En la página güeb resultante, parece ser que se infiltraron elementos de ultraizquierda que introdujeron mensajes violentos y de lo más políticamente incorrectos. Un marrón para frau Glawischnik, la jefa de los verdes austriacos, la cual tuvo que explicar en el Parlamento junto al Ring que su partido no era ni partidario de la violencia ni era responsable de las gamberradas de gente que había escrito en una web de mucha difusión incitando a reventar el distrito central de Viena.

Los señores del FPÖ no quedaron contentos con la explicación y, como en los mejores tiempos de Tómbola, le han puesto a los verdes una querella.

Este ha sido el detonante de la crisis que cuenta con el dramatismo suficiente para convertirse en una historia de largo recorrido. Pero llovía sobre mojado como se han apresurado a recordar los periodistas que han recogido la historia. Una parte del electorado de los verdes (los que tienen más posibles) se están marchando a los neos (decíamos ayer) y el asunto de la página web ha provocado serias divisiones internas que no convienen nada a esa ficción que los partidos se ven en la necesidad de mantener de cara al exterior. Esa que les presenta como una bandada de gansos que, en formación de flecha, vuelan juntos encabezados por el líder (en este caso, la líder). Por otro lado, el pifostio de Mariahilferstrasse, un proyecto en el que los verdes han comprometido todo su prestigio, amenaza con acabar fatal (o sea, que haya que deshacer lo que ya se ha hecho y Mariahilferstrasse sea como antes). “Una campaná” ¿Encontrarán los verdes su lugar? ¿Tocarán techo los neos? ¿Recuperarán los verdes su espacio en la atención pública? Solo el tiempo lo dirá. Nosotros, sea como sea, seguiremos informando.

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