Joseph Haydn y el himno nacional austriaco (2/2)

Maria TheresiaEn este día patriótico (para los franceses) cerramos una historia que teníamos abierta hace semanas. El final de la entrevista que Joseph Haydn concedió a Viena Directo. Para hablar de himnos, nada menos.

14 de Julio.- Hoy, en este día patriótico (para los franceses) continuamos con una cosa que dejamos abierta hace unas semanas y que hoy terminaremos gracias a la insistencia (muy amable y muy simpática) de un lector que quería saber el final de este post y que ha tenido que luchar, el pobre, contra mi mala memoria. En fin, continuaremos hoy con la entrevista que Herr Joseph Haydn concedió a Viena Directo y que empezó en este post.

-Decíamos ayer, Herr Haydn que, después de la caída de la monarquía, en 1918, el himno que usted compuso pasó por unas horas bajas.

-Sí, sí. No me lo recuerde. Y es que, claro, con tanto rojerío suelto ¿A quién le iba a gustar una canción patriótica como la mía, pero que exaltaba al emperador? Pues a nadie, claro. Entre 1920 y 1929, la República Austriaca estuvo sin himno (no me pregunte usted cómo se las apañaban) y, como sustituto, pues utilizaban una cancioncilla que se llamó “Deutschösterreich, du herrliches Land” (Austria alemana –para distinguirla de la húngara, supongo- tú, tierra maravillosa). Mire, yo no quiero quitarle mérito a nadie, pero el himno este era un chunda-chunda insoportable. Una cosa entre la fanfarria de Supermán, de John Williams, y La Cucaracha. Hela:

-Pero pronto volvieron al himno que usted compuso.

-¡El señor sea loado! Pues claro. Le cambiaron la letra, claro. Hasta 1938, se tituló “Sei Gesegnet ohne ende” (Bendita seas sin fin). Y bueno, en fin, era un himno republicano y eso, pero por lo menos la música ¡Y no es porque la escribiera yo, que quede clarinete! Se podía escuchar.

Herr Haydn se dirige a mí:

-¿Le ha gustado? Que quede clarinete jur jur jur. Es que me parto la caja. Qué chistes hago.

Me siento en la necesidad de reconducir la situación:

-Pero ya durante la República Austriaca hubo sus más y sus menos.

-Claro, porque los alemanes, los muy piefkes de ellos, se apropiaron de ¡Mí música! No lo olvidemos. Aunque la apropiación era de antes. De hecho, en 1841, un tal August Heinrich Hoffmann von Fallersleben, le puso otra letra a mi música y la llamó canción de los alemanes. Es lo que tocaron ayer en el partido de fúrgol este de Brasil. Esta que empieza Deutschland, Deutschland über alles (Alemania, Alemania por encima de todo) ¿Se acuerda?

-Sí, claro.

-Pues eso, que durante un tiempo hubo dos países con el mismo himno y la misma letra ¡Qué tiempos más tristes en Europa, oiga!

-Quiera Dios que no se vuelvan a repetir.

-Y él que le oiga ¿Y cómo acaba la historia?

Haydn se rasca un poquillo la cabeza, como si quisiera recordar:

-Pues mire, después de la guerra, y hasta 1947 se utilizaron diferentes músicas. A falta de himno, ya se sabe, buenas son tortas. Entre ellas, El Danubio Azul y una marcha (que a mí me parece superbonita) y que se llama O Du Mein Österreich. Sea como fuera, se convocó un concurso. Se presentaron un chorro de personas, como puede usted imaginarse. A la fase final, solo llegaron 29. La música fue un arreglo de la Cantata de los Masones de Wolfgang Amadeus Mozart -¡Quién se lo hubiera dicho al golferas de Wolferl!- y la letra la compuso una señora, llamad Paula Preradovic, la cual escribió mucho durante su vida, pero a la que solo se la recuerda ya por esto. A la Sra. Preradovic, tras varios intentos, le enmendaron la plana en 2011, medida no exenta de polémicas chungas, como la de Andreas Gabalier.Y creo que esto es todo.

-Pues muchas gracias por la interviú, Herr Haydn.

-No hay por qué darlas.

Ya off the record, el Sr. Haydn me pregunta “Oiga usted ¿Cree que volverán a coger mi himno? Me haría ilu”.

-Cualquiera sabe, le contesto yo.

Malaga en Viena Kopie

Zona de Descarga ya está preparando la próxima edición, pero la de esta semana está teniendo, como siempre,un éxito bestial !No te quedes sin oirla!


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