!Quién me iba a haber dicho a mí hace veinte días que iba a estar de corresponsal de Viena Directo en Cuba durante un momento histórico!
17 de Diciembre.- Mi amigo Luis dice que Viena Directo no es un blog, que es un periódico y que yo soy todo en uno, desde el director general hasta el corresponsal en el extranjero. Puede ser que no le falte razón, pero sí que es verdad que tengo una habilidad especial (o una suerte cojonuda) para estar en el momento justo en el lugar correcto.
La última manifestación de esta habilidad ha sido el viaje a Cuba que he hecho entre entre el día 29 de octubre y el 21 de Noviembre. He recorrido la parte occidental de la isla y, a tenor de lo que ha ocurrido hoy (el rumor insistente de la reapertura de relaciones diplomáticas y económicas del régimen cubano con el Gobierno de Estados Unidos) el libro que he escrito mientras estaba en la isla y que, actualmente está en proceso de maquetación (se publicará, si Dios quiere, a finales de enero) es ya un documento histórico porque describe una realidad, la de la Cuba de los últimos cincuenta años, que todo indica que irá cambiando progresivamente con el paso de los próximos años.
Durante mi viaje con Cuba he hablado mucho con su gente y un tema recurrente era la asfixia económica que azota, sobre todo, a los más jóvenes. Unos jóvenes que no tienen más esperanzas que irse a vivir a otros países porque en Cuba el sueldo (oficial) de un titulado universitario viene a ser, al cambio, de unos veinticinco euros, con un nivel de precios más o menos como el más barato que pueda haber ahora en España. Por otro lado, para los pocos cubanos que podrían permitirse salir de la isla, Cuba es una gigantesca prisión. Recuerdo que una mujer de Cienfuegos, culta, simpática, de mi edad, soñaba con poder enseñarles un día a sus hijas la nieve. O recuerdo a una señora, Maribel, que nos dio de comer estupendamente en su casa, comida cocinada por sus manos, que no podía ir a ver a sus nietos que viven en Miami, ni sus nietos podían ir a verla a ella, por el problema de los visados.
No solo eso, los productos de primera necesidad en Cuba son completamente inaccesibles para las personas normales (en parte por la consabida ineficacia del comunismo y en parte por la enorme carestía de los insumos) y cosas que para nosotros se sobreentienden, como por ejemplo los bolígrafos, los rotuladores o el gel de baño o los caramelos para los niños son en Cuba productos de auténtico lujo (para que nos hagamos una idea, un bolígrafo cuesta un euro y un bote de gel de baño siete). La gente, por la calle, no te pedía dinero, te pedía jabón.
El bloqueo estadounidense ha provocado también que los cubanos se hayan visto abocados durante décadas a una pesadilla económica de tintes kafkianos. Por poner un ejemplo: los cigarrillos hechos con tabaco producido en Virginia eran comprados por un importador alemán, el cual les cambiaba las etiquetas en Alemania y luego los volvía a mandar a través del Océano Atlántico para que se vendieran en Cuba.
Hoy, cuando he leido en el periódico que Barack Obama y Raúl Castro darán una conferencia conjunta, he recordado mi conversación con un hombre de Trinidad al que yo le decía que tuviera fe, que la cosa mejoraría, como terminó mejorando en la España de Franco en los sesenta. Porque no hay mal que cien años dure, ni pueblo que lo resista.
Este artículo lo ilustran algunas de las fotos que hice en Cuba y que tengo guardadas porque no sé todavía qué hacer con ellas. Quizá las utilice como ilustración del libro que he escrito o quizá las publique en un volumen aparte. Sirva esta fiesta de la belleza, sin embargo, para celebrar que para mucha gente, al otro lado del mar, los tiempos están cambiando. Hoy es un día histórico y la ocasión lo merece.
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