En estos días se habla mucho de lo que está permitido y no está permitido hacer en internet ¿Hasta dónde llegan los límites en Austria?
30 de Julio.- El otro día hablábamos del aprendiz de mecánico de la Porsche que ha tenido que abandonar su puesto debido a un comentario de Facebook. Pues bien: los ánimos caldeados, el verano, la noche que primero confundió a Dinio y luego nos confudió a todos, la caló, la suó, los niños “degorviendo” como decía aquel, han hecho que el caso se repita. Esta vez ha sido una cajera de una conocida cadena de supermercados la que ha sentido la llamada irresistible del Servicio Público de Empleo (tras ser despedida por sus jefes, claro). Y ha sido por esto: el otro día, en otro post, también informábamos de que habían disparado un cohete contra un campamento de solicitantes de asilo y este cohete había provocado un pequeño incendio.
La comentarista, al saber de la noticia por las redes había dicho “Cómo? Que dispararon a la valla? Contra los edificios hubiera sido más efectivo” (sobre poco más o menos). Sus jefes, debieron de enterarse de que había escrito esto y ¡Pataplás! Finiquito que te crió.
Quizá alguno de mis lectores se pregunte si hacer esto es legal. Al fin y al cabo, Facebook es un sitio web que, por lo menos teóricamente, todos utilizamos en nuestro tiempo libre ¿Puede ser causa de despido algo que se hace fuera del horario laboral? Pues sí, señora. Puede. Existe una figura en el derecho laboral austriaco que es la pérdida de la confianza del empleador en el que le presta un servicio laboral. Desde este punto de vista, si el empleador piensa que una persona por ser racista, puede ser también otras cosas que, a la larga o a la corta, le hagan daño a su negocio (y esta pérdida de confianza es argumentable, como en el caso que nos ocupa) el despido es totalmente procedente y el compuesto y sin puesto no tiene ninguna posibilidad de recurrir. Con los aprendices (Lehrlinge) los jueces suelen levantar un poco más la mano, pero casos como el de nuestro pequeño mastuercillo de la Porsche que yo mencionaba más arriba no tienen más que una lectura.
Quizá entre mis lectores haya alguno que haya sentido la sangre hervir en su sistema circulatorio al ver alguna noticia o “afotografía” y dicho hervor de la hemoglobina le haya llevado a pensar en comentar la noticia o la imagen en términos incívicos. Si ha sido así ¡Stop! (in the name of love, que cantaban las Supremes) lea antes esto ¿Qué es lo que está prohibido en Austria en este sentido? Según el párrafo 283 del Código Penal Austriaco actualmente en vigor, está prohibido incitar al odio o a la violencia (como es lógico) contra un grupo religioso o un grupo étnico ante una audiencia mayor de 150 personas. Esa audiencia no tiene que estar presente, claro está, sino que puede estar de oyente (por la radio), de vidente (viendo la tele o en el cine) o de “leyente” como en el caso de una página web.
Aviso también si hay alguno entre mis lectores que sienta la necesidad de montar un poyo que esta ley va a cambiar a partir del año que viene y se va a reducir el coladero de las 150 personas a 30, para más efectividad (la mayoría de las denuncias no llegaban a término porque el denunciado decía aquello de “señoría, si esto lo han leido vier Katzen”). Pues ahora no van a poder decirlo. Aquellos que incurran en este delito pueden esperarse penas de hasta dos años a la sombra de los pinos. Si la audiencia del animal que incita al odio o a la violencia supera las 150 personas, entonces la pena será de hasta tres años. Y si después de incitar al odio, el interfecto agarra además un bate de béisbol y un puño americano y los usa, puede contar con cinco bien merecidos años de prisión.
Naturalmente, muchas veces es difícil averiguar la identidad del delincuente, porque los comentarios se hacen de forma anónima. Para el caso de internet hay que aportar la dirección IP o, en el caso de Facebook, el nombre del usuario. Ambos datos puede preguntarlos la autoridad competente al proveedor de internet o a la propia compañía de Marquitos Montañadeazúcar.
Por cierto, y para cerrar como abrimos: el hombre que tenía el grupo en Facebook por el cual el aprendiz de la Porsche perdió su trabajo (arf arf) se ha tenido que marchar de Austria debido a las amenazas recibidas (incluso desde Alemania). Y es que, señora, el mal anda suelto y no descansa…
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