En Viena se asesina poquito (por suerte)

calabazasLa policía ha hecho balance de la criminalidad en Viena durante 2015. Por lo menos en el capítulo asesinatos la cosa ha estado tranquila.

27 de Octubre.- Durante las elecciones municipales de este año, uno de los ejes de la machacona (y algunos dirán que nauseabunda) propaganda electoral de la ultraderecha fue que Viena ha devenido en una ciudad insegura y peligrosa. No parece ser así.

Según cifras publicadas por la policía de la capital de Austria, durante el año 2015 se han producido en esta urbe 20 fallecimientos achacables a un acto criminal (!Qué va a hacer el Österreich (ese gran periódico) privado de la casquería que es la materia prima de muchos de sus titulares).

Esta cifra de muertos ha sido el doble, por cierto, que la del año 2014, 365 días que transcurrieron de una manera muy segura para los vieneses, pues solo hubo 9 muertos que cayeran en la jurisdicción de la policía.

Los funcionarios interpretan la cifra de 2015 como una vuelta a la normalidad, pues 2014 fue el año más seguro en Viena desde 1955.

Asimismo, la policía se encuentra ufana, pues todos los crímenes quedaron perfectamente aclarados durante este ejercicio (hombre, si han sido veinte y ninguno de ellos lo ha cometido ni Darth Vader, ni el Profesor Moriarty ni el Doctor No, la verdad es que tampoco „se han matao“ los funcionarios, con perdón y todo el respeto posible a la autoridad).

En cualquier caso, desde el año 2009 todos los crímenes que se han cometido en Viena han quedado perfectamente aclarados y todos los malos están a la sombra, para gran alegría de las personas honradas.

Según reflexiona la poli austriaca, a tenor de las estadísticas sería verdad aquello de que „la familia y los trastos viejos, cuanto más lejos, mejor“ pues la mayoría de los delitos violentos se producen en el marco familiar o son perpetrados por personas conocidas de los occisos.

Ha habido una excepción y fue el caso criminal más aparatoso del año, que tuvo como resultado la muerte violenta de una pareja de pensionistas en el distrito de Donaustadt. Aquí el criminal no pertenecía al círculo inmediato de las víctimas, sino que era un hombre, de nacionalidad polaca (y que estaba bastante mal de la cabeza) que había cometido este crimen eligiendo a sus víctimas directamente al azar, como había hecho con otras de otras ciudades europeas, como Goteborg, en donde se había cargado antes a otros cristianos utilizando el mismo modus operandi.

A los pocos días de haber matado a la pareja de jubilados vieneses, el hombre fue detenido en el sur de Alemania. Interrogado por la poli, alegó que se encontraba realizando algún tipo de misión encargada por una voz interior que le había ordenado matar a estas dos pobres personas que no tenían ni idea de lo que se le venía encima.

Tras cometer su crimen, por cierto, el polaco cogió las de Villadiego utilizando una bicicleta.

Naturalmente, durante estos últimos tiempos, la criminalidad ha cambiado. La movilidad que tenemos todos los europeos dentro de las fronteras del espacio Schengen (bueno,lo que dure) ha hecho que ahora los malotes lo tengan más fácil para poner pies en polvorosa y así hacerle a la policía el trabajo un poco más complicado.

Por eso, recalca la pasma austriaca, es mucho más importante que antes que los organismos austriacos gocen (como gozan) de la colaboración de sus primos internacionales (como ya se demostró en la noticia que comentábamos ayer).

Amén.


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