Vuelan los trapos entre Austria y Alemania

Cómo han cambiado las cosasLas otrora estupendas relaciones del matrimonio austro-alemán, están pasando a parecerse, cada día más a „La guerra de los Rose“.

29 de Febrero.- Había una canción de Rocío Dúrcal que empezaba „Cómo han pasado los años, como cambiaron las cosas, y aquí estamos lado a lado, como dos enamorados, como la primera vez“. Pues no podría cantársela al Gobierno alemán y al Gobierno austriaco que, últimamente, lo único que podrían suscribir es la primera parte. O sea que han pasado los años (meses, en realidad) y las cosas han cambiado. Mogollón, además.

Cuando empezó este tema de los refugiados sirios, la consigna estaba muy clara: Alemania era grande y acogedora, sois todos bienvenidos los que huís de la guerra, venid. Austria era un país de paso estupendo. O sea, qué bonito esto de acoger a gente, pero (decían algunos por lo bajini) qué bien cuando se vuelven a montar en el tren y pasan la frontera de Salzburgo y wenn ich habe dich gesehen ich erinnere mich nicht mehr.

Sin embargo, en los últimos tiempos, presionado por las circunstancias (y esas circunstancias están claras: la ultraderecha populista va por delante en las encuestas), el Gobierno austriaco ha cambiado de actitud y se ha pasado al lado de „vale, que vengan, pero con límites, que tampoco está la cosa como para que se nos llene la casa de extraños“.

Ya sabemos que el Gobierno austriaco cuenta con la complicidad entre total y parcial de los países del este, en donde se ve con sospecha a la gente que es oscurita de piel. En Alemania, también han cambiado las cosas a nivel interno: por un lado, después de ser aquello una balsa de aceite, les ha surgido su propia ultraderecha (curiosamente, más al este, en donde las malas costumbres del autoritarismo comunista siguen latiendo bajo la piel de la sociedad). Esta ultraderecha se llama Alternativ Für Deutschland (AfD), es la cristalización de los locos de PEGIDA y da mucho, pero que mucho miedito. El equilibrio de poderes en que se apoyaba el hasta hace poco indiscutido liderazgo de Angela Merkel (el mismo liderazgo que doña Ángela -tiene nombre de mala de culebrón de Televisa- ha utilizado para gestionar la prosperidad económica alemana tan sabiamente) está empezando a ser discutido y ya son muchos los que ya discrepan de la postura de la canciller y aún más de su lema „Wir schaffen das“ (o sea, „lo conseguiremos“).

Angela salió ayer en un programa que echó la tele alemana (una célebre emisión de entrevistas que se llama Anne Will) y, por lo menos ante las cámaras, no demostró que las críticas le estén afectando. Eso sí, aprovechó para decir que, como hubiera dicho Belén Esteban „valoraba muy negativamente“ la postura de Austria con respecto a los refugiados.

Aquí fue Troya. Al Gobierno austriaco las críticas de Merkel le han escocido muchísimo y los que, antiguamente estaban a partir un piñón, ahora intercambian reproches de matrimonio viejo y resabiado.

En todos los tonos.

La ministra Mikl Leitner ha dicho que las críticas de Angela son una chorrada (bueno, ella ha dicho que son absurdas, porque es una ministra fisna) y le ha recordado a la mandataria que mandata en Alemania que, si Austria está poniendo algo de coto al presunto sindiós, también es en beneficio de Alemania. Como diciéndole „mona, encima que te estamos haciendo el trabajo sucio, no te pongas ahora medallas de que eres la buena y la santa“.

El neoministro Doskozil, el pobre, le ha dicho a la doña que si quiere refugiados, él no tiene ningún problema, pero que vaya ella misma (o sea, que mande aeroplanos) y los recoja. A lo que Mikl-Leitner ha dicho que lo que Alemania no puede hacer es quejarse de que Austria ponga límites y, al mismo tiempo, mandar de vuelta a Austria a los refugiados que pasan a Baviera. Que son conscientes de que Grecia lo está pasando mal, pero que ya para eso pone Austria 5 millones de Euros para que Grecia no tenga que depender solamente de sus recursos.

Hasta aquí las críticas medianamente normales. También las ha habido anormales o,mejor dicho, directamente subnormales. El diputado Marcus Franz (ÖVP) famoso por su efecto inflacionista sobre los precios del pan (cuando habla sube el pan) ha dejado escrito en su última entrada de blog que Frau Merkel está tan interesada en atraer refugiados a Alemania porque no tiene hijos (y uno piensa, si Frau Merkel fuera Helmut Kohl ¿Le hubieran dicho semejante gilipollez?).

El Gobierno austriaco ha expresado su firme intención de no aflojar en su decisión ¿Quién ganará el pulso? Solo el tiempo lo dirá.


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