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Crítica de la razón pura

polizeiDuras imágenes que han conmocionado a Austria – la Unión limitará las exportaciones de vacunas – poli bueno, poli malo (o poli malo, poli malo) – se cierra el caso de acoso sexual

28 de Enero.- Quizá te apetezca escuchar cómodamente este post en la voz de Lupe, la amable e inteligente locutora virtual de Viena Directo. Si es así, no dudes en apretar el botón de play.

Duras imágenes que han conmocionado a Austria

Hay días en que es más fácil escribir Viena Directo que otros. Hoy toca día difícil porque lo que voy a contar no deja en un lugar muy bueno a Esta Pequeña República.

La historia con la que voy a empezar hoy el repaso diario a la actualidad austriaca implica a menores, implica a policías e implica, en conjunto, un fracaso de la ley, porque una ley que se puede utilizar para cometer una injusticia es una mala ley.

(Por cierto, creo que no estoy solo en esta opinión. A lo largo del día, multitud de personas de buen sentido -y probablemente buen corazón- incluyendo al propio Presidente de la República, se han manifestado en este sentido).

Esta madrugada, la policía se ha llevado de sus domicilios a tres niñas, de familia armenia y georgiana, para enviarlas a esos países, a Georgia y Armenia, en teoría „de vuelta“, a pesar de que las muchachas, a pesar de tener esa nacionalidad, han nacido en Austria, estudiaban aquí y, naturalmente, estaban perfectamente integradas.

Prueba de lo bien integradas que estaban es que unas ciento cincuenta personas han desafiado esta madrugada las gélidas temperaturas para protestar por lo que cualquiera con dos ojos en la cara ve que es un atropello, a pesar de que sea un atropello amparado por la ley. La mayoría de los ciento cincuenta manifestantes eran los propios condiscípulos de las chicas, muchachos y muchachas de doce o trece años y sus maestros. Desesperados, han intentado detener los coches de la policía y los furgones de los antidisturbios con cubos de basura y carros de la compra y la policía, sin contemplaciones, ha disuelto la manifestación.

Parece ser incluso que algunos policías han hecho comentarios sarcásticos, del tipo „decidles adios, que ya no las váis a ver más“.

La deportación ha sido el final de un largo proceso legal, que dura ya cuatro años, en el que la ley ha dado la razón al Estado austriaco, al habérsele denegado a los padres de las chicas repetidas veces el asilo.

Como decía más arriba, numerosas personalidades con proyección pública, encabezadas por el Presidente de la República, se han manifestado en contra de lo sucedido.

Ha dicho Van der Bellen: „No me puedo creer que vivamos en un país en el que cosas como estas sean posibles“.

El vicecanciller Kogler tampoco ha ahorrado en calificativos para lo sucedido y, quizá para compensar la perplejidad de sus votantes, ha dicho que la deportción de las niñas le ha parecido „inhumana“.

Prácticamente todas las fuerzas políticas del arco parlamentario austriaco (menos los de siempre, naturalmente) han pedido que en Austria se cree un „derecho de permanencia por razones humanitarias“ que sirva como último recurso para evitar situaciones como esta, en las que menores que han hecho toda su vida aquí y que viven perfectamente integrados, sean arrancados de cuajo de sus vidas.

El Ministro del Interior, Karl Nehammer, ha defendido la labor de la policía esta madrugada diciendo que no estaban más que „cumpliendo la ley“ y que no ha sido „un servicio fácil“. Contrasta la contundencia de la actuación policial de esta noche con la pasividad de la policía durante las manifestaciones de los negacionistas con fuerte presencia de extremistas.

Lo cierto es que la lentitud burocrática de los procesos de asilo mantienen en vilo a muchísimas personas durante años. Personalmente, yo conozco un caso. Un amigo mío, afgano, lleva cuatro años esperando un veredicto. Cuatro años. Por el camino, ha hecho su vida aquí, está perfectamente integrado, habla alemán mejor que yo y sería una vergüenza (por no hablar de que sería prácticamente un homicidio programado) que le devolvieran a Afganistán.

Por cierto, durante la pandemia las deportaciones se han reducido, pero no se han detenido en ningún momento. Siempre se realizan de madrugada, para que las personas no ofrezcan resistencia.

La Unión limitará las exportaciones de vacunas si no se cumplen las entregas

Volviendo a nuestro tema más habitual. La reunión de la Unión Europea y la farmacéutica sueca AstraZeneca terminó ayer sin acuerdo. Las espadas siguen en alto y la Unión sigue presionando a la empresa para que entregue las cantidades pactadas. El contrato que se firmó sigue por aparecer por ninguna parte y la Unión ya ha amenazado (veladamente) con buscar vacunas sustitutas. También ha anunciado un mecanismo que se presentará previsiblemente mañana, que impedirá en la práctica exportar vacunas a los fabricantes que no cumplan las entregas pactadas. Algo equivalente a una licencia de exportación.

Entretanto, AstraZeneca ha anunciado que va a intentar ampliar sus capacidades utilizando una fábrica situada en Japón.

Mientras tanto, en Alemania, el Instituto Robert Koch ha pedido „por falta de datos que avalen su eficacia“ que solo se administre la vacuna de Astra a aquellas personas entre los 18 y los 65 años.

Poli bueno, poli malo (o poli malo, poli malo)

Ayer hablábamos de los coqueteos (o más que coqueteos) de Herbert Kickl, una de las dos cabezas de la ultraderecha austriaca, con el negacionismo y el „charcuterismo por la verdad“. Hoy, por fin, ha quedado clara la estrategia.

En principio, tener un liderazgo bicéfalo, como es el caso de la jefatura del FPÖ tiene algunas desventajas, pero también tiene algunas cosas positivas: por ejemplo que el mismo partido puede sostener una opinión y su contraria para así implantar la estrategia del „poli bueno, poli malo“.

Ayer, en la televisión que pasa por ser el boletín oficioso del FPÖ, Norbert Hofer anunció que él se iba a vacunar contra el coronavirus. Lo mismo han hecho otros prominentes políticos ultraderechistas, como el jefe del FPÖ en Tirol.

Se cierra el caso de acoso sexual

Hace unos días contaba yo que se habían registrado algunos casos de acoso sexual durante los tests masivos en Graz. Unas mujeres habían denunciado que algunos soldados de los que habían sido reclutados para ayudar al personal sanitario, les habían pedido el teléfono y se habían dirigido a ellas de manera inapropiada.

Después de interrogar a dos de las mujeres y a otros cincuenta y siete soldados, la policía militar ha cerrado el caso, al no haber podido encontrar evidencias de comportamientos punibles. Al parecer, las mujeres les dieron su número de teléfono a los soldados de manera voluntaria y no se han podido encontrar evidencias de acoso o de comportamientos inapropiados.

El Ejército, eso sí, ha recalcado que las mujeres pudieran haberse sentido acosadas o molestas. Los soldados habían recibido formación sobre privacidad, protección de datos y comunicación en las redes sociales.


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