Antesala del día de la lotería, en la jornada de hoy, los medios austriacos no podían ocultar la preocupación general ante los resultados de las elecciones de ayer.
21 de Diciembre.- Aunque cuando se publique este texto -y mientras se está escribiendo- será ya el 22, día de la salud, no he querido irme a la cama sin comentar lo que los medios austriacos dicen de la que, sin duda, ha sido la noticia del día en España (vamos, la noticia desde que se dieron a conocer los resultados electorales). Y lo cierto es que, pese a esa minoría que ve la botella medio llena (aquello de „Adios, bipartidismo, adios“) los medios austriacos ven el futuro de España bastante, pero que bastante negro.
Die Presse, voz del conservadurismo austriaco, lleva los resultados electorales en España -presagio de lo que puede ser, quizá, el futuro de Austria, aunque por otras razones completamente diferentes- a su cabecera.
España, al borde de la ingobernabilidad es el titular. Y la foto, no tiene precio, por supuesto. Rajoy con nariz de payaso.
Como no podía ser de otra manera, en el primer párrafo del artículo hay un apellido, el de Franco, con el que uno no esperaría contar después de cuarenta años. Pero parece ser que, para los comentaristas de Die Presse (también, por cierto, para la comentarista del Kurier, pero de esta señora ya hablamos en su momento y quedamos en que oía por la bragueta, como los gigantes) el nombre del dictador difunto y el famoso „atado y bien atado“ (cuando el abuelito sangriento no dejó atado nada y todo lo que pasó después de su muerte fue un poco la chiripa de unos cuantos, el miedo de otros muchos y la inestimable colaboración de los servicios secretos norteamericanos) el famoso atamiento, decíamos, ha sido el que ha llevado a los españoles encarriladitos durante las últimas cuatro décadas.
Los probos, taciturnos lectores de Die Presse habrán levantado la ceja con cierta preocupación cuando se hayan hecho la composición de lugar de que, en España, en estos momentos, reinan unas condiciones „a la italiana“ (en realidad, en opinión de este articulista, reinan las condiciones más favorables para que se convoquen, más pronto que tarde, elecciones anticipadas).
Die Presse les lleva de paseo por el escenario de horror que consistiría en una socialdemocracia laminada sustituida por un partido de izquierda al estilo de Syriza en Grecia y luego se nombran los cuatro tópicos al uso, que si el alejamiento de Mariano Rajoy del sentir de la calle, que si la corrupción tremebunda…Para Die Presse, sin embargo, lo que ha pasado en España no ha sido el esperado (y esperable) relevo generacional en las alturas del poder, sino que el periódico conservador parece hablar de una especie de „System malfunction“ algo incómoda, sobre todo por lo imprevisible de sus consecuencias.
Hojeemos el Standard.
Como no podía ser de otra manera, para la voz de la progresía urbana austriaca, el acontecimiento de la noche electoral de ayer es Podemos aunque, si me permiten mis lectores la apreciación, incluso desde el progresismo del periódico color naranja, la verdad es que se puede percibir en la redacción una cierta perplejidad e incluso diría que una cierta distancia irónica hacia un partido cuyo líder comparece frente a sus votantes al ritmo de la música de los Cazafantasmas (si bien se mira, una referencia generacional clarísima a los que vimos la película en los primeros vídeos Betamax, allá por los ochenta).
Se apunta también hacia una Gran Coalición que, en opinión de este articulista, no se producirá por la sencilla razón de que no le interesa a nadie (menos al PP).
Cae por su peso: en el PSOE se piensa (con razón) que coaligarse con el PP sería atarse una piedra al cuello y tirarse al río. Todo lo que el PP hiciera, si bueno, no redundaría en beneficio electoral del PSOE y, si malo, naturalmente sería achacable a la pasividad del PSOE para evitarlo. A Ciudadanos tampoco le interesa coaligarse con nadie, porque ya está tomando posiciones para las elecciones que se avecinan y a Podemos le interesa menos que a nadie una coalición, porque Pablo Iglesias, que no es tonto, está dejando madurar la pera para repetir la jugada que, en 1982, llevó a Felipe González a la Moncloa.
Los dos periódicos más importantes del panorama austriaco parecen hacerse la misma pregunta y es esta: ¿Puede el país (España) permitirse el compás de espera que supondría la convocatoria de nuevos comicios o un gobierno débil que no tuviera especial margen de maniobra? (En cualquier sentido, o bien sosteniendo el curso actual o mandándolo todo a la porra y empezando de nuevo).
En algún sitio del Kurier se roza incluso el tabú al decir que la democracia es el mejor de los sistemas posibles pero que, en este caso, los votantes españoles pueden haber metido la pata hasta el corvejón. Esperemos que se equivoquen.
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